Bienvenidos un sábado más a la sección de los amantes del cómic. Bienvenidos a El cómic de la semana. Hoy reseñamos Pestilence de Aftershock. Al final del artículo tendréis la portada y el enlace.
Hace poco tiempo que han comenzado a desembarcar en España los títulos de la joven editorial estadounidense Aftershock. Ya podemos disfrutar de la mano de Planeta Cómic de Animosity e Insexts de Marguerite Bennet, Shipwreck de Warren Ellis, American Monster de Brian Azzarello, Unholy Grail de Cullen Bunn, BabyTeeth de Donny Cates y Pestilence de Frank Tieri. Por el título del artículo ya podéis imaginar a cuál de ellas voy a dedicar los siguientes párrafos.
- El cómic de la semana: Animosity 1 (Aftershock)
- Reseña de American Monster Vol 1, de Aftershock
- Jimmy’s Bastards: el James Bond de Garth Ennis
La Sinopsis oficial dice:
Nos encontramos a finales del siglo XIV y la Muerte Negra, una gran plaga que dejará más de veinte millones de cadáveres a su paso, está asolando Europa. Ahora bien, ¿y si la historia que conocemos no fuera cierta? ¿Y si, en realidad, no se hubiera tratado de una plaga, sino de una infección zombi? Roderick Helms, antiguo cruzado, y sus «agentes secretos» de la Iglesia, los Fiat Lux, deben dar con la causa de este brote que devuelve la vida a los muertos y extinguirlo antes de que acabe con toda la humanidad.
Planeta cómic nos presenta dentro de la línea Aftershock este primer tomo en cartoné (como nos tiene acostumbrados ya esta editorial) con los seis primeros números USA (160 páginas) que cierran el primer arco argumental de esta historia medieval con guion der Frank Tieri y dibujo de Oleg Okunev a un precio de 14,95 €.
HISTORIA
Un avisto antes de comenzar: Como siempre, no pienso hacer spoilers sobre la trama del cómic (más allá de lo que la propia editorial ha mencionado en su sinopsis), así que podéis leer con total tranquilidad esta reseña.
La historia de Pestilence es (básicamente) un “What if” sobre la Peste Negra que asoló Europa en el siglo XIV. Tieri nos da una versión alternativa de la enfermedad que acabó con un tercio de la población europea convirtiendo la plaga transmitida por los roedores en un holocausto zombie. Reconozco que es un giro interesante (que me ha hecho adquirir este título) y que nos va a presentar un escenario muy diferente a lo que la temática zombie nos tiene acostumbrados. Nos vamos a encontrar con una historia bastante lineal que se va a centrar en meternos en materia con rapidez presentando a los protagonistas mientras avanza la acción. Unos personajes con unos roles muy bien diferenciados entre ellos que van a formar parte de una organización militar del Vaticano llamada “Fiat Lux” (hágase la luz). Se nos introducirán mientras cumplen una misión en Tierra Santa y así seremos testigos del lado oscuro de las Cruzadas.
El meollo de la historia se encuentra en el viaje que emprenden para cumplir una misión de mayor urgencia e importancia (que no desvelaré) pero que nos va a dejar muchas intrigas con la iglesia, además de todos los momentos de pura supervivencia y lucha contra estos no-muertos.
Como ya he dicho, la narración es bastante lineal con algunos flashbacks intercalados para mostrarnos como se conocieron los protagonistas (y aliviar la tensión y pausar un poco el relato) pero cumple con su cometido de entretener. Es un tomo que se lee muy rápido ya que la acción va a premiar sobre el terror y eso creo que le pesa un poco a la historia. A título personal, me hubiera gustado que el autor se hubiese centrado más en el sufrimiento de los personajes y haber aprovechado el contexto histórico y la religiosidad de la época para ahondar en los miedos de las gentes: En los sentimientos de maldición bíblica, de castigo divino y de purga por nuestros pecados. Se pasa por esto muy de puntillas y se va más al “merme” y por ello la historia me resulta muy acelerada y con algún “deus ex machina” bastante llamativo.
Reconozco que el final de este arco argumental me ha dejado un poco “plof” aunque con ganas de saber cómo piensan continuar a partir de ahora con las aventuras de Roderick Helms.
DIBUJO
La parte artística corre a manos a Oleg Okunev que hace un trabajo bastante competente pero que a mí no me termina de cuajar con la historia que se está contando. Con Pestilence he tenido la misma sensación que tuve cuando acabé la primera grapa de Conan El Bárbaro de Jason Aaron y dibujo de Mahmud Asrar: La parte artística me sacaba mucho de la historia.
El dibujo de Okunev me resulta demasiado “cartoon” y creo que no encaja demasiado con el tono que debería tener (bajo mi punto de vista) Pestilence. Algo más sucio y feísta le hubiera subido muchos enteros a esta obra. Adolece, por momentos, del mismo mal que tiene la serie Crossed de Garth Ennis: Un dibujo demasiado limpio.
¡Ojo! No estoy diciendo que el dibujo sea malo, pues Okunev nos va a dejar páginas muy bien estructuradas, con escenas bien construidas y una acción bien narrada, pero su dibujo no es de mi gusto.
Las portadas de Tim Bradstreet me han vuelto loco. Me parecen increíbles, entran por los ojos y sin mostrar mucho consiguen que esta obra destaque en las estanterías de las tiendas de cómics.
CONCLUSIÓN
Este primer tomo de Pestilence entretiene y divierte y es una lectura muy ligera pero no creo que esa ligereza le venga bien a un título de esta temática. Algo más de oscuridad, pausa y crudeza (sin llegar a la visceralidad de la obra mencionada de Ennis) le hubieran sentado de escándalo a esta obra. A Tiere creo que habría que recordarle la frase: “Allegro ma non troppo”.
Os dejo el enlace a la editorial y la portada del cómic en España
Un saludo desde el sótano de la Batcueva.