‘La Fuente de la eterna Juventud’ era una de esas películas que esperaba de este 2025. Guy Ritchie es un cineasta al que admiro y que disfruto por su estilo cinematográfico, con esos montaje rápidos e ingeniosos y personajes carismáticos. Es por ello que verlo inmerso en un mundo de aventuras legendarias era algo muy llamativo, pero este filme lo siento como un barco a la deriva. La propuesta de Ritchie prometía una aventura trepidante, pero termina perdiéndose en su propia falta de originalidad y en un guion que recurre a soluciones narrativas tan forzadas como predecibles en demasiados momentos.
Mi mayor problema con ‘La Fuente de la eterna Juventud’ es que renuncia al estilo de Guy Ritchie, algo que podía haberle dado un encanto y toque diferencial a la propuesta de Apple TV+. Desde el comienzo la cinta se ancla en los cánones más manidos del género de aventuras y lo hace sin buscar un acercamiento diferente o fresco y eso acaba pasando factura. Dichos elementos son: un mapa antiguo con símbolos crípticos dividido en varias partes alejadas entre sí, una carrera contra el tiempo, escenarios exóticos que sirven de fondo para persecuciones y escenas de acción intrascendentes y, por supuesto, el macguffin místico que todos ansían.
La habitual irreverencia del director hubiese convertido este enfoque genérico que evoca a ‘Indiana Jones’ sin su carisma, a ‘La Búsqueda’ (National Treasure) sin su ritmo, y a ‘Tomb Raider’ sin su acción memorable en algo a la altura de los títulos mencionados. El resultado es una trama que avanza por inercia, sin arriesgar ni innovar, como si se limitara a tachar requisitos de este género.
El filme no solo carece de identidad propia, sino que denota los referentes anteriores y otros igual de conocidos. La relación entre los personajes de John Krasinski y Natalie Portman nos va a recordar a la dinámica de Fraser y Weisz en ‘La Momia’, pero con menos química. ‘La Fuente de la eterna Juventud’ bebe de esos lugares místicos y con mecanismos imposibles muy de videojuegos como ‘Uncharted’ dándoles un toque de ‘El Código Da Vinci’ que no funciona.
Tanto en el título de Naughty Dog como en la película protagonizada por Tom Hanks las exposiciones para situar al espectador se llevaban a cabo de forma orgánica, aquí se nos lanzan a la cara en modo enciclopédico y eso ralentiza el avance de la trama.
El personaje de John Krasinski navega entre varios arquetipos, pero me funciona bien, aunque no termine que encajarme con Portman. Esa relación fraternal yin-yang de polos opuestos me ha resultado floja y demasiado parecida a ‘La Momia’.
Hablando de ‘La Momia’ incluso tenemos a esa sociedad secreta ocupada en mantener la fuente de la eterna juventud alejada de los intereses malignos de la humanidad. Suena y huele tanto a los Medjai de la cinta de Stephen Sommers que es inevitable la comparación.
Natalie Portman, actriz de talento incuestionable, se ve limitada por un personaje cuyo desarrollo se reduce a ser la voz de la responsabilidad y miradas intensas, pero de su mano viene el mayor ‘Deus Ex machina’ de la película: Su hijo Thomas. Este personaje está para ofrecer información crucial en el momento exacto para hacer avanzar la trama cuando todo parece perdido. Un genio musical que consigue que cada intervención suya nos haga gritar ‘¡deus ex machina!’ y rompa cualquier ilusión de tensión orgánica.
Lo que más me duele de esta propuesta de Apple TV+ es ver a un Guy Ritche que ha perdido la chispa y que ha renunciado a su estilo y no le ha salido nada bien. En ‘Despierta la Furia’ también lo dejó a un lado, pero la cinta fue un acierto y todo encajó, aquí no ha sido así. Las escenas de acción carecen de esa creatividad visual que destacaba en ‘Sherlock Holmes’ y todo parece un videojuego repleto de momentos que tratan de impresionar entre viaje y viaje.
Eiza González interpreta a una mujer fuerte y de grandes habilidades marciales que queda tan en segundo plano que no brilla, quizás algún momento que otro, pero sabe a poco. Sin contar que fichar a Stanley Tucci para ese insignificante papel duele.
Conclusión
‘La Fuente de la eterna Juventud’ es una película que vemos, nos entretiene a ratos y olvidaremos tan rápido como empiecen a pasar los créditos finales. Es una prueba de que incluso cineastas con tanto talento como Guy Ritchie pueden naufragar cuando dirigen una fórmula sin pasión que les caracteriza.
Personajes que parecen sacados de otras propuestas sin añadirles nada más que nos interese, un villano cuyo motivo se reduce a ‘quiero todo el poder’, y un final que se resuelve con demasiada facilidad.
‘La Fuente de la eterna Juventud’ bebe de clásicos del cine de aventuras, pero se olvida de hacernos creer que este viaje vale la pena ser vivido. No aporta nada que la haga especial y eso la hace fallar si quería honrar a las películas de las que coge elementos.
Ojo, que no es una cinta que aburra, pero para ver esta propuesta de Ritchie, mejor revisitar todos los títulos que he mencionado durante la crítica.
‘La Fuente de la eterna Juventud’ se ha secado y sus aguas no vivirán eternamente
Aquí os dejo el tráiler de ‘La Fuente de la eterna Juventud’:
‘Sic Parvis Magna’
Un saludo y sed felices.







