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Las 15 mejores películas que nunca veremos

¡Ay, el sentimiento del pudo ser y no fue! Todos hemos tenido esa oportunidad, ese desvío en la carretera que, por un motivo u otro, no llegamos a coger. A veces queda en un recuerdo difuminado. Otras en una espina clavada en el costado que nos acompaña toda la vida. Por suerte, el mundo del cine solo nos trae felicidad, así que vamos a repasar las 15, a mi juicio, mejores películas que nunca veremos en una pantalla de cine. Aunque sea por una vez, vamos a deleitarnos con el pudo ser y no fue.

La lista será por orden cronológico y, aunque he tenido la tentación, no he incluido películas fallidas de Batman porque serán objeto de revisión en otro artículo.

Comenzamos

1. La casa del horror, de Tod Browning. El vampiro que pudo ser y no fue.

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La casa del horror se dirigió pero no llegó a estrenarse, convirtiéndose en la película perdida más conocida de la historia. No es la única obra del periodo mudo desaparecida, pero es la más conocida por lo que podría haber significado su estreno y su éxito.

Tod Browning, uno de los grandes del terror clásico, dirige al gran Lon Chaney en una película en la que un detective decide fingir que es un vampiro para poder resolver un caso.

La casa del horror hubiera sido la segunda aparición cinematográfica de un vampiro tras el Nosferatu de Murnau, y la primera estadounidense. Desgraciadamente, la película no se estrenó y el honor fue para Drácula, también de Browning. Ya sabéis, el vampiro elegante con la capa con cuellos.

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Bela Lugosi como Drácula (1931), la imagen del vampiro clásico.

Nada que ver con la caracterización de Chaney, que hubiera cambiado la imagen del vampiro clásico.

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Lon Chaney caracterizado como el vampiro de La casa del horror.

2. Avaricia, versión completa (1924), de Erich Von Stroheim. El Santo Grial del séptimo arte. 

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Erich Von Stroheim fue el primer enfant terrible de Hollywood. El director que dirigió la primera película con un presupuesto de un millón de dólares y también en ser despedido por sus enfrentamientos con el productor.

Su obra magna es Avaricia, película de 1924 de dos horas y media (con una versión extendida de cuatro horas) cuya versión completa es considerado el Santo Grial de la arqueología cinematográfica.

La película narra la decadencia de una pareja a la que un premio de lotería le lleva a la ruina y a la locura. Fue la primera película rodada íntegramente en exteriores, pero la versión original de… ¡Nueve horas! solo fue vista por una docena de personas.

Como curiosidad, Avaricia es la película favorita de Lars Von Trier (de hecho, el director se colocó el “von” en homenaje a Von Stroheim).

3. Giraffes on Horseback Salad. El surrealismo de Dalí y los hermanos Marx. 

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Salvador Dalí y Harpo Marx fueron íntimos. Uno, la cara rebelde del surrealismo. EL otro, arpista y el mudo del grupo cómico cinematográfico de los años 30: los hermanos Marx.

Como regalo de amistad, Dalí le regaló un arpa recubierta de cucharillas con alambre de espino como cuerdas. Harpo le respondió con una foto en la que se le veía tocando el arpa con los dedos vendados.

La amistad se materializó con un guión que escribió el artista de Figueras llamado Giraffes on Horseback Salad, también llamado The Surrealist Woman, que contaría la historia de amor entre un aristócrata español llamado Jimmy y una mujer cuyo rostro nunca es visto por el público.

Sin embargo, la productora no quería que los hermanos Marx se involucraran en una trama surrealista y no se llegó a rodar. Las escenas propuestas incluían jirafas con máscaras de gas en llamas o a Harpo usando una red de mariposas para capturar los dieciocho enanos más pequeños de la ciudad. Parece ser que a Groucho, el Marx más conocido, tampoco le hizo mucha gracia el guión. Y eso que Dalí intentó convencer a Cole Porter para componer la partitura.

4. El corazón de las tinieblas, de Orson Welles. La primera idea del genio. 

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Es este un proyecto agridulce, por lo que podría haber supuesto y por lo que resultó al final.

Un joven Orson Welles en la cresta de la ola tras la conocida retransmisión radiofónica de La guerra de los mundos, que desató el caos al creer los oyentes que la invasión extraterrestre era real, eligió para su primera película una adaptación de El corazón de las tinieblas, la conocida novela de Joseph Conrad.

Welles escribió un guión de 174 páginas en el que incluía una crítica al nazismo y al capitalismo extremo. También su forma de rodar iba a ser innovadora, ya que pretendía filmar la película desde el punto de vista del protagonista, cuyo rostro los espectadores solo verían en el reflejo del agua o cristales. Además, tuvo la idea de que el mismo actor interpretara a protagonista y villano para simbolizar la identificación entre ambos.

Sin embargo, era demasiado para la productora RKO. Demasiado compleja, política, original y, sobre todo, costosa.

Welles, que no era muy dado a rendirse ante el fracaso, presentó como alternativa una película de bajo presupuesto sobre un magnate de presa. Ciudadano Kane. El resto es historia. De ahí lo agridulce.

5. Jesus de Nazaret, de Carl Theodor Dreyer. La religión con rigor. 

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Carl Theodor Dreyer fue uno de los grandes directores europeos de la historia del cine y de los más influyentes en cineastas como Bergman, Von Trier o Vinterberg.

Durante años, Dreyer acarició la idea de rodar una película sobre la vida de Jesús, pero con un perfil diferente a lo que se vería posteriormente en películas como Rey de reyes o La historia más grande jamás contada. De hecho, Dreyer se documentó al extremo, tanto de teología como del contexto social y político de la época.

Su objetivo fue mostrar el carácter claramente judío de este y que su condena fue un asunto del poder romano, que le criminalizó.

Teniendo en cuenta que Dreyer es el autor de películas que abordan la intolerancia en distintas facetas, como en La pasión de Juana de Arco, Dies Irae u Ordet, solo podemos soñar con lo que podría haber hecho con, valga la redundancia, la historia más grande jamás contada. 

6. Don quijote, de Orson Welles. La obra incompleta de toda una vida. 

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Orson Welles, como buen genio, fue un incomprendido. Muestra de ello son la cantidad de proyectos frustrados que tuvo a lo largo de su vida. Pero, sin lugar a dudas, el proyecto vital que tuvo Welles fue una adaptación de Don Quijote.

Lo que le venía que ni pintado, ya que el director siempre fue un tipo quijotesco, empeñado en quimeras imposibles y dispuesto a enfrentarse a enemigos demasiado poderosos.

Welles pretendía adaptar la novela a tiempos modernos, para abaratar la producción, por lo que buscaba interpretar la realidad de España en clave cervantina. No obstante, los problemas de financiación atormentaron la producción, que se fue alargando desde 1957 hasta 1969, año en el que falleció Francisco Reiguera, el actor elegido para interpretar a Alonso Quijano.

El director filmó sin guión y sin plan de producción claro, con la improvisación como norma. Como anécdota, durante el rodaje de El proceso (1962), desapareció de París con sus ayudantes de montaje y se los llevó a Montoro para continuar rodando El quijote. Permaneció oculto rodando durante ocho meses hasta que lo localizó…¡La Interpol!

En 1992, Jesús Franco, director de segunda unidad de Orson Welles, sacó adelante una versión mutilada del Quijote de Welles que supo a poco. Me retrotraigo a la reflexión de la espina del inicio de este artículo. 

7. Kaleidoscope, de Alfred Hitchcock. El lado oscuro del director más macabro. 

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En 1967 se estableció una curiosa paradoja. Gracias a los críticos franceses de Cahiers du cinema, Alfred Hitchcock alcanzó el prestigio que había carecido desde sus inicios en el cine mudo. Pero el público se alejó de él con los fracasos de Marnie, la ladrona y Cortina Rasgada.

El director británico luchaba por reorientar su cine y apostó por Kaleidoscope, la crónica de un asesino en serie gore y casi pornográfica de la que se conservan cuatro secuencias rodadas con un reparto desconocido.

Universal rechazó la película por mostrar como protagonista a un psicópata y, encima, sin ningún tipo de censura. Hitchcock reutilizaría alguno de los motivos de su película fallida en la interesante Frenesí (1972).

8. En busca del tiempo perdido, de Luchino Visconti. El único capaz de adaptar lo inabarcable.

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Si ha existido un director capaz de adaptar un material literario tan complejo y descomunal como la saga En busca del tiempo perdido, ese fue Luchino Visconti, con una carrera marcada por su capacidad para retratar de la forma más artística posible los vicios y costumbres de la sociedad nobiliaria, como ya consiguió en El gatopardo (1963), película a la que pertenece la imagen que encabeza este apartado.

A finales de los 60, Visconti se volcó en la búsqueda de escenarios que inspiraran el mundo ideado por Proust. Incluso había elegido un reparto.

Silvana Mangano, Helmut Berger, Alain Delon, Anne Girardot, Charlotte Rampling, Brigitte Bardot e incluso se planteó a Laurence Olivier o Marlon Brando. Pero la sorpresa fue el interés que mostró Greta Garbo, retirada del cine desde 1939 para interpretar a la reina de Napolés.

Desgraciadamente, los problemas de financiación y de salud de Visconti impidieron que la adaptación se hiciera realidad.

9. Napoleón, de Stanley Kubrick. El biopic definitivo. 

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Tras el éxito de la polémica 2001: una odisea en el espacio, Kubrick era el rey del firmamento cinematográfico y se dispuso a rodar su proyecto soñado: una biografía de Napoleón.

Fiel a su estilo perfeccionista y metódico, el director se documentó al extremo sobre el vestuario y las costumbres de la época. Aparte de rigor histórico, el neoyorquino estaba obsesionado con la sexualidad del emperador. De hecho, el guión que entregó a la productora estaba dominado por un erotismo extremo, con escenas de orgías que luego Kubrick utilizaría en Eyes Whide Shut (1999).

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Kubrick pensaba en contar con David Hemmings como Napoleón y Audrey Hepburn como Josefina, pero el proyecto se truncó por el fracaso de la película Waterloo (1970). El público no parecía mostrar interés en el cine de época. Kubrick reutilizaría varias de sus ideas en Barry Lindon (1975).

10. The day the clown cried (1972), de Jerry Lewis. La película renegada. 

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Jerry Lewis fue uno de los grandes cómicos del cine americano, un icono popular que tuvo un tropiezo que jamás ha llegado a verse…al menos hasta 2024.

The Day the clown cried fue la oportunidad de Lewis de emular a su ídolo Chaplin cargando de tintes dramáticos una comedia sobre un acontecimiento tan delicado como el Holocausto. ¿Alguien ha dicho La vida es bella?

El director se dirigía a sí mismo interpretando a un payaso preso en un campo de exterminio por burlarse de Hitler que se dedica a alegrar el camino de los niños judíos a la cámara de gas. Una vez acabado el largometraje, decidió que nadie lo vería.

Aunque es probable que pueda verse a partir de 2024, nos queda la voluntad de su creador: “No me gusta hablar de ella y espero que se quede allí, en el baúl: era mala. La escribí, la dirigí y era mala porque perdí la magia. Y espero que nadie la recupere. El artista debe tener la posibilidad de tomar esas decisiones”.

11. Dune, de Alejandro Jodorowsky. La marcianada que habría revolucionado la ciencia ficción.

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La adaptación de la novela de Frank Herbert a cargo del surrealista Alejandro Jodorowsky es la película no realizada más influyente de la ciencia ficción y la que hubiera redefinido el género antes de la llega de Star Wars.

Jodorowsky reunió un equipo creativo compuesto por Moebius, Christ Foss y un joven H.R. Giger antes de que diseñara la figura de Alien.

Además, reunió un reparto impresionante: Su hijo sería el protagonista, pero estaría acompañado de Mick Jagger, David Carradine, Orson Welles, Salvador Dalí… todo ello aderezado con la banda sonora de Pink Floyd.

La falta de financiación frustró el proyecto, pero nos queda ese magnífico documental llamado Jodorowsky´s Dune para dar fe de lo que pudo haber sido y no fue.

Enlace a información sobre el documental Jodorowsky´s Dune

12. Leningrado, de Sergio Leone. La épica de la guerra. 

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Tras el estreno de la mutilada “Érase una vez en América”, el genial Sergio Leone se lanzó detrás de una película de guerra que narrara el sitio de Leningrado.

La historia iba a centrarse en el romance entre un fotógrafo estadounidense, interpretado por Robert De Niro, y una joven soviética.

Leone reunió 100 millones de dólares de financiación y el apoyo de la Unión Soviética. Incluso estaba confirmada la presencia de su íntimo amigo Ennio Morricone a cargo de la música. Pero Leone murió de un ataque al corazón con 60 años, en 1989.

De lo poco que se sabe de la película está la escena inicial: Un largo plano secuencia (aquí tenéis algunos de los mejores planos secuencia que nos ha dejado la televisión) que comenzaba en un salón de conciertos, donde ensayaban unos músicos. Uno de ellos guarda el instrumento y sale a la calle. Camina por una ciudad destruida, toma un tranvía y llega a la estación. Finalmente, entra en un edificio, donde lo recibe una mujer, que le abraza. La cámara se aleja de la pareja para terminar en una vista desde la ventana, donde la observan 1500 tanques alemanes.

 

Conociendo la habilidad de Leone en las pocas películas que dirigió, probablemente se hubiera tratado de una obra maestra que  nunca veremos.

13. Crusade, de Paul Verhoeven. Las Cruzadas políticamente incorrectas.

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A principios de los 90, Paul Verhoeven era uno de los reyes de Hollywood gracias a Robocop, Desafío total e Instinto Básico.

Gracias a su interés por la historia tal y como es (Eric, oficial de la reina, Los señores del acero), Verhoeven contactó con el guionista Walon Green (autor del libreto de la mítica Grupo Salvaje) para que escribiera un guión sobre las Cruzadas.

Iba a ser una película realista, controvertida y violenta, sin ahorrarse nada a la hora de retratar las brutales batallas de la época. Además, su punto de vista sobre los ejércitos cristianos tampoco iba a ser amable ni complaciente.

Verhoeven consiguió convencer al mismísimo Arnold Schwarzenegger para el papel principal, acompañado de Gary Sinise, Robert Duvall Jennifer Connelly o Chartlon Heston como Urbano II.

Desgraciadamente, en las negociaciones para el presupuesto de la película, Verhoeven y su actitud políticamente incorrecta provocó un enfrentamiento con los productores que derivó en perder la financiación. El beneficiario fue Renny Harlin y La isla de las cabezas cortadas. No hay más preguntas, señoría. 

14. Conquest of México, de Werner Herzog. El espíritu explorador.

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A mediados de los 90, el gran Werner Herzog estaba interesado en dirigir una película sobre la conquista de México desde el punto de vista de los mayas.

Hablamos del director de Aguirre, la cólera de Dios o Fitzcarraldo. Es decir, un hombre dispuesto a imprimir el realismo necesario en una película de aventuras  y, sobre todo, de captar la audacia que caracteriza al explorador que se pasa la vida persiguiendo imposibles.

Herzog convenció a Francis Ford Coppola para ayudar a vender el proyecto y contactó con el también políticamente incorrecto John Milius (Conan el bárbaro) para escribir el guión.

Incluso tenía un protagonista: Jimmy Smmits como Moctezuma. Pero el proyecto jamás llegó a concretarse. Una pena.

15. Megalopolis, de Francis Ford Coppola. La fantasía posible.

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A finales de los 90, tras años de proyectos alimenticios de desigual calidad, Francis Ford Coppola estaba listo para dirigir su próxima gran película. Megalópolis, un drama futurista en el que Nueva York ha sido destruida y los dirigentes de la ciudad contratan a una arquitecto para su reconstrucción.

El film se iba a centrar en la lucha de egos entre el alcalde y el arquitecto. Corrupción contra utopía.

Sin embargo, Coppola frenó su desarrollo tras el 11-S y, posteriormente, ha sido incapaz de conseguir los 100 millones de dólares de financiación.

No obstante, parece que Coppola está empeñado en sacar el proyecto a flote. De hecho, ha contratado a Jude Law y Shia Labeouf como protagonistas.

Y esto ha sido todo, amigos. Muchos os preguntaréis dónde queda el Superman Lives de Tim Burton con Nicolas Cage. Lo siento, pero nunca he tenido interés en verla. Ese fue un desvío que no me planteé escoger.

Un saludo y sed felices!

Fernando Vílchez
Fernando Vílchez
Comecocos. Intento aprender como si viviera para siempre y vivir como si hoy fuera mi último día...con las cosas que me hacen feliz.
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3 COMENTARIOS

  1. Fernando, muy interesante el artículo, la verdad, conocía cancelaciones como la de Dune y el Quijote, pero las otras no recuerdo haber leído nada, gracias por la info.

    Un saludo a todos y sed felices!!

  2. Magnífico artículo, lo disfrute y aprendí mucho leyéndolo. Por cierto, de películas canceladas o pospuestas, yo creo que este 2020 se va a llevar la corona en este aspecto, ya que si bien muchas siguen en pie, bastantes cintas han suspendido sus rodajes.

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