InicioCineRetro-Análisis: La Matanza de Texas (1974), a cincuenta años de su estreno

Retro-Análisis: La Matanza de Texas (1974), a cincuenta años de su estreno

En nuestra sección de retro-análisis hacemos hoy repaso de una película de culto fundamental tanto para el slasher como para el terror en general: La Matanza de Texas (The Texas Chainsaw Massacre, 1974), la cual, dirigida por Tobe Hooper, está cumpliendo por estos días sus cincuenta años.

Bienvenidos una vez más a nuestra sección de retro-análisis, hoy para hablar de un filme de culto y fundacional como lo es La Matanza de Texas. Conocida en la mayor parte de América Latina como La Masacre de Texas y en algunos países como Masacre en Cadena o El Loco de la Motosierra, la película, dirigida por Tobe Hooper, marcó el origen y fundamentos de lo que luego se conocería como terror slasher. Su estreno tuvo lugar en Austin, Texas (ciudad natal del director), el 1 de octubre de 1974 y en el resto de Estados Unidos el 11 de octubre del mismo año.

Hooper venía desarrollando desde mediados de los sesenta una carrera en sombras a través de cortometrajes hasta que en 1969 dirigió Egghshells, un primer largometraje bastante experimental y ácido al que le seguiría en 1970 un documental sobre el trío folk Peter, Paul and Mary. La Matanza de Texas, su tercer largometraje, representa de alguna forma su decepción con la contracultura juvenil y también con el rumbo político y económico que venían tomando Estados Unidos y el mundo.

Se trata claramente de una película clase B, con un ínfimo presupuesto de cuarenta mil dólares estirado luego a casi ciento cuarenta mil, lo cual sigue siendo exiguo. Se contrató a actores locales y mayormente conocidos del director, en tanto que a los fines de ahorrar en alquiler de equipos se filmó durante largas e interminables jornadas (hasta dieciséis horas por día) con cámaras de 16 mm., en lugar del formato más comúnmente utilizado por esa época de 35 mm.: el resultado visual, no obstante, sorprende y casi no se nota la diferencia.

Hooper no solo dirigió la película; además compuso la música y ofició de productor y guionista, siendo en esta última tarea acompañado por el también texano Kim Henkel, junto al cual ya había trabajado en el guion de Eggshells. La historia estaba muy vagamente basada en la del asesino serial Ed Gein, quien había inspirado también la de Psicosis (ya sea la novela de Robert Bloch o la película de Alfred Hitchcock), una supuesta base real deliberadamente exagerada desde el inicio del filme como una gran mentira no muy diferente de las que le habían contado a la sociedad norteamericana en esos años.

Lo de la motosierra como arma fue una idea que le vino a Hooper cuando, en una ferretería atestada de clientes, vio a su lado una y se le cruzó la idea de abrirse paso hacia la caja con la misma.

El grado de violencia de la película hizo que no hubiera muchas compañías interesadas en distribuirla y la única que finalmente accedió fue Bryanston Distributing Company, firma muy ligada al lavado de fondos de la mafia que apenas dos años antes había producido y distribuido Garganta Profunda (Gerard Damiano/ Jerry Gerard, 1972), película emblemática si las hay del cine para adultos. Al igual que La Noche de los Muertos Vivientes (George Romero, 1968) o tantos otros de cine B o Z, La Matanza de Texas fue uno de esos filmes hechos para perder dinero que, sin embargo, terminaron dando pingües ganancias.

Aun así, la violencia de la película nunca llega a lo explícito: no vemos a Leatherface trozar a sus víctimas en primer plano, sino que ocurre siempre en off. Hooper buscó limitar la cantidad de sangre para evitar una calificación X que le cayó de todas formas, por lo que debió eliminar escenas hasta conseguir la R. A pesar de ello, el filme fue en muchos casos retirado de los cines por pedido de instituciones familiares o religiosas, cuando no estrenado con recomendaciones policiales en contra. Y en algunos países, como Reino Unido, directamente prohibido…

La Historia

Comenzamos enterándonos que en las cercanías de una pequeña localidad de Texas están ocurriendo profanaciones en un cementerio: cuerpos completos desaparecen de sus sepulturas o aparecen desmembrados. Temiendo por el sepulcro de su abuelo, los hermanos Sally y Franklin Hardesty (Marilyn Burns y Paul A. Partain) llegan con tres amigos al lugar en furgoneta y, tras constatar que la tumba sigue intacta, deciden cargar combustible para emprender el regreso. La mala noticia es que en la gasolinera local no hay una gota…

No quedándoles más remedio que parar en algún lado, se desvían hacia la granja donde pasaron su infancia los mencionados hermanos, de los cuales Franklin (el mayor) está en silla de ruedas debido a su paraplejia. En cuanto al resto, Pam (Teri McMinn) es una muchacha obsesionada con la astrología y el alineamiento de planetas (que al parecer no los favorece), siendo Jerry (Allen Danziger) su novio y Kirk (William Vail) el conductor de la furgoneta, personajes ambos de los cuales no sabremos mucho más que eso.

la matanza de texas las cosas felices.06 e1727314004833

Por el camino recogen a un autoestopista muy peculiar (Edwin Neal) que ríe como psicópata, tiene fascinación por los animales muertos y se practica un corte en la palma de la mano delante de ellos. Si eso no fuera suficiente, pretende además que Franklin le pague por una fotografía que le ha tomado sin consultarle y, ante su negativa, le practica un corte en el brazo dando lugar a un forcejeo que termina con el grupo arrojándole fuera del vehículo.

Ya en la granja, la vivienda se halla desocupada y bien sabemos que nunca es buena idea pernoctar en casa abandonada. Menos todavía habiendo vecinos como los Sawyer, familia a la cual, ni falta hace decirlo, pertenece el autoestopista que recogieron en el camino, pero también el sheriff local (Jim Siedow), lo cual explica que las profanaciones hayan sido hechas bajo la pasividad de la policía. Ah, y son caníbales…

En la zona hay además un antiguo matadero en el cual, obviamente, los Sawyer trabajaban antes de que cerrara. Y el autoestopista loco no es tan siquiera el más peligroso de ellos, sino Bubba (Gunnar Hansen), al que conoceremos para siempre como Leatherface por cubrir su rostro con una máscara de cuero y que además tiene el desagradable hábito de trozar a sus víctimas con una motosierra.

la matanza de texas las cosas felices.07 e1727314114108

Pero claro, los jóvenes recién llegados están a pura juerga y no se enteran de nada hasta que del modo más brutal los asesinatos comienzan a ocurrir…

Una Película sobre la Carne

Con esas mismas palabras definió Tobe Hooper en aquellos días a La Matanza de Texas, buscando así tomar distancia de cualquier pretensión intelectual. Pero aun cuando no deja de ser una definición certera, la película no está exenta de connotaciones que tienen que ver con su tiempo y por mucho que sea vista como simple sinsentido de muerte, sangre, huesos y vísceras, no hay que olvidar que La Matanza de Texas es un filme post Watergate, post Vietnam y post crisis petrolera de 1973.

La repentina sensación instalada en la sociedad nortemericana por aquellos días era que todo estaba podrido y se había ido al diablo: la política, el orgullo patriótico y la confianza en el sistema. Por mucho que pueda parecer una simple película de horror adolescente, La Matanza de Texas es un producto de la desazón en el cual son plenamente identificables los elementos antes mencionados.

La policía ampara a caníbales e incluso el sheriff es uno de ellos y no es casual que uno de los Sawyer haya estado en Vietnam o que la gasolinera no tenga combustible. Se había pasado a vivir en una sociedad del “sálvese quien pueda” en la cual ya nadie tenía garantizado nada.

La caída de las políticas sociales en todo el mundo daba lugar a modelos basados en un individualismo exacerbado (o caníbal) y a una cultura de la supervivencia que cuadraba con las teorías económicas en vigencia tras la crisis petrolera. En la mayoría del mundo occidental el estado retrocedía y ello creaba una sensación de desamparo no muy distinta de la que experimenta el grupo de jóvenes que protagoniza la película.

La larga e intensa escena en que una desesperada Sally huye de Leatherface mientras sus gritos se conjugan con el rugir de la motosierra es perfecta muestra de ello. O los Sawyer, que quedaron sin trabajo tras cerrar el matadero que los empleaba. La Matanza de Texas es, desde ya y como dice Hooper, una película sobre la carne, pero también sobre la supervivencia y la angustia de vivir en un mundo ya no tan seguro ni confiable como se creía.

Cabe preguntarse, desde luego, si todo eso estaría en la intención del director al hacer el filme, pero la respuesta es irrelevante: él y todos quienes hicieron la película eran parte de la sociedad y cargaban con sus mismos traumas y temores. La Matanza de Texas es una película representativa de su tiempo sin importar cuál haya sido la intención al hacerla…

Es absurdo decir que se trate de una película “de fórmula” porque en ese momento aún no había fórmula y es precisamente a partir de aquí que comienza a haberla. La palabra “slasher”, tan en boga hoy en día, no existía al momento de estrenarse el filme en 1974. Incluso muchos dan a Halloween (John Carpenter, 1978) como la película que inicia el género, pero en lo personal no estoy de acuerdo…

Cada uno de los elementos que después serían lugares comunes del slasher está presente en La Matanza de Texas. Estamos, por lo tanto, hablando de un filme fundacional y si bien se pueden trazar líneas de contacto con Psicosis (Alfred Hitchcock, 1960, aquí retro-análisis) o La Últma Casa a la Izquierda (Wes Craven, 1972), los fundamentos básicos del slasher nacieron aquí: ámbito rural, aislamiento, carencia de combustible (más tarde también de señal en los teléfonos móviles), adultos imbéciles, policía inoperante, asesino enmascarado con algún arma característica y, por supuesto, la “final girl”, es decir la chica que llega al final de la película.

Sally Hardesty, magníficamente interpretada por Marilyn Burns, es la que ocupa justamente ese lugar y a quien se puede considerar pionera e inspiradora de Laurie Strode (Halloween), Nancy Thompson (Pesadilla en la Calle Elm) o Sidney Prescott (Scream), respectivamente interpretadas por Jamie Lee Curtis, Heather Langenkamp y Neve Campbell. Pero a diferencia de todas ellas, en ningún momento pasa a la contraofensiva al ser acechada por el psicópata que le toca: lo suyo es solo huir… y gritar, por supuesto…

Y cuando finalmente consigue Sally apearse a una camioneta para escapar, ríe tan alocadamente que nos lleva a pensar si a la larga no estamos todos igual de locos y solo hace falta el estímulo correcto: como la carcajada desquiciada de Batman cuando el Joker le cuenta un chiste en el final de La Broma Asesina.

la matanza de texas las cosas felices.05 e1727314219886

Y esa idea de locura compartida está también presente en la escena en que, a bordo de la furgoneta, el autoestopista comparte con Franklin fotografías de animales muertos y se percibe en ambos igual fascinación.

A pesar de ser cine B y estar hecho con un mínimo de recursos, el director recurre a algunos detalles estéticos más que interesantes, siendo particularmente impactante esa secuencia de zoom del verde ojo de Sally ampliándose cada vez más hasta mostrarnos en detalle los vasos sanguíneos que recorren el globo ocular. Esa toma del ojo en primer plano, que quizás hunda sus orígenes en Un Perro Andaluz (Luis Buñuel, 1929) y que se convertiría después en lugar común repetido para el cine de horror, muestra que aún en lo aparentemente bello se puede encontrar el terror si se hurga bien profundo y se observa en detalle.

No faltan tampoco brillantes detalles de humor negro, de esos que nos dan la pauta de que quizás la cosa no vaya del todo en serio, como cuando los Sawyer dejan en su decrépito abuelo el honor de dar a Sally el golpe de gracia en la nuca, pero el anciano está tan desvencijado que no puede siquiera sostener el martillo y falla un golpe tras otro. En ese momento uno se sorprende a sí mismo riendo a carcajadas y ni siquiera la culpa es capaz de evitarlo…

la matanza de texas las cosas felices.02 e1727314710397

Es que el slasher es además un género que viene a reformular nuestros propios valores éticos, pues el público que va ver esas películas no quiere que el psicópata sea rápidamente eliminado, sino que se cargue a unos cuantos jóvenes antes de llegar al enfrentamiento final. ¿De qué lado estamos entonces? Desde ya que es una pregunta incómoda, pero no hay que caer en la ligereza de pensar que quien quiere ver asesinatos en pantalla es un asesino en potencia…

Este género constituye de algún modo una “revancha de perdedores”: muchos de quienes ocupaban las butacas de los cines en aquel momento o en los años de esplendor del subgénero (ochenta y noventa) eran jóvenes “del montón”, quizás hastiados de que el mundo fuera solo de los bellos, exitosos, frívolos y despreocupados. La imagen en que Franklin se fastidia mientras permanece en silla de ruedas en planta baja y el resto se divierten en la alta es por demás significativa.

En cierta forma, el slasher vino a cumplir para muchos jóvenes la fantasía de un mundo alternativo en el cual las cosas fueran de otro modo y los “triunfadores” no la pasaran tan bien, un rasgo que se vería acentuado en muchos de los filmes posteriores a La Matanza de Texas y no es ninguna casualidad que Stephen King haya publicado Carrie ese mismo año…

Seamos sinceros: cuando Carrie comienza la desquiciada masacre de aquellos que le hicieron bullying, ¿estamos con ellos o con ella? Y no me vengan a decir que “la violencia no es la forma” porque eso ya lo sé: de lo que estoy hablando es de que el cine termina siendo vehículo de fantasías que nunca nadie (o por lo menos la gran mayoría) llevaría a la práctica. La Matanza de Texas es precisamente eso…

Y así como Sally influyó sobre las muchachas que vendrían después, ni qué decir de Leatherface, padre indiscutido de Michael Myers, Jason Voorhees, Freddy Krueger (sin duda el más refinado y original, del cual habrá que hablar algún día) y Ghostface, por nombrar solo a los más conocidos de entre una legión de asesinos slasher.

Cada uno de ellos carga con un estigma del pasado, ataca a adolescentes y se vale de algún arma característica, que en lugar de una motosierra podrá ser un cuchillo, un machete o un guante. La mayoría llevan máscara o bien su propia deformidad les sirve como tal. Alguno hablará mucho, otro poco, otro nada y otro emitirá solo sonidos guturales semejantes a los de Leatherface, pero todos se inscriben en el camino abierto por este.

Por cierto y para hacer más creíble su personaje, el actor debutante islandés Gunnar Hansen pasó los días previos al rodaje alojado en una institución para deficientes mentales a los efectos de estudiar sus comportamientos y muy especialmente sus movimientos, que quedan especialmente en nuestras retinas con esa coreografía tan siniestra como grotesca que, en negra humorada, hace sobre el final mientras sostiene la motosierra en alto.

A pesar del éxito que le valió el papel, nunca volvió a interpretar a Leatherface aun cuando recibió ofertas, pues quiso centrarse en su carrera como escritor y desarrollar la actoral como complemento. Sí interpretó, no obstante, a uno de los Sawyer en La Matanza de Texas 3D (John Luessenhop, 2013).

Valoración y Legado

No hace falta decir que las críticas al momento del estreno fueron mixtas. La Matanza de Texas es una película que perfectamente podía ser vista como simple bazofia al momento de su estreno e incluso hoy. Si la vemos con un solo ojo, todo en ella es burdo y desproporcionado, además de ni siquiera desarrollar bien a todos sus personajes. Y sin embargo hay algo sublime por detrás de lo aparentemente grotesco que quizás haya incluso descolocado a los críticos en su momento.

El prestigioso crítico Roger Ebert, del Chicago Sun-Times, decía en aquel momento no encontrarle al filme “ningún propósito aparente, a menos que el de crear repugnancia y miedo sea uno de ellos. Y sin embargo, a su manera, la película es una especie de logro extraño y fuera de lo común. No puedo imaginar por qué alguien querría hacer una película como esta y sin embargo está bien hecha, bien actuada y es demasiado efectiva”. Tras ello la calificaba con dos estrellas sobre cuatro, de lo cual interpreto que su forma de resolver esa dualidad fue hacer un promedio entre las dos calificaciones posibles: cero y cuatro.

Hoy es, además de la película que vino a fundar el slasher, un filme de culto considerado fundamental para la historia del cine de terror y, por supuesto, de los más influyentes. Tobe Hooper haría algunas buenas películas después, pero ninguna como esta. Alguno podrá objetar que su mejor película sería Poltergeist (1982), pero vamos… que ese es claramente un filme de Spielberg bajo testaferro y no tiene nada que ver con Hooper por mucho que este aparezca como director…

La Matanza de Texas dio lugar a tres secuelas entre 1986 y 1994 que van de mayor a menor en calidad, para luego llegar con mejor suerte (aunque sin el nivel de la original) un digno remake en 2003 y una aceptable precuela en 2006, dirigidas respectivamente por Marcus Nispel y Jonathan Liebesman.  Otras dos secuelas llegarían en 2013 y 2022, más una nueva precuela titulada Leatherface en 2017, pero la primera es irrepetible: prueba irrefutable de que lo que parece tonto puede ser corrosivo, provocador y subversivo

La invitación a visitar a los Sawyer queda pues hecha, pero asegúrense de llevar bastante combustible y, sobre todo, de no caerles a la hora de la cena. Hasta la próxima y sean felices.

 

Rodolfo Del Bene
Rodolfo Del Bene
Soy profesor de historia graduado en la Universidad Nacional de La Plata. Entusiasta del cine, los cómics, la literatura, las series, la ciencia ficción y demás cosas que ayuden a mantener mi cerebro lo suficientemente alienado y trastornado.
ARTICULOS RELACIONADOS

2 COMENTARIOS

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Últimos artículos

Comentarios recientes

En nuestra sección de retro-análisis hacemos hoy repaso de una película de culto fundamental tanto para el slasher como para el terror en general: La Matanza de Texas (The Texas Chainsaw Massacre, 1974), la cual, dirigida por Tobe Hooper, está cumpliendo por estos días...Retro-Análisis: La Matanza de Texas (1974), a cincuenta años de su estreno