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Un lugar tranquilo y la nueva fórmula del terror

El cine de terror no está mejorando, está evolucionando. Desde la aparición del celuloide, todos los géneros han ido experimentado cambios sustanciales, nuevas visiones que los convierten en algo más que meros compartimentos estancos. El género cinematográfico no pone límites a la creatividad del autor, es su talento el que los define. Una película de terror no tiene porque dar pavor continuamente a quien la visiona, puede conmoverlo o puede hacerlo reír. Pero la innovación no es algo propio del siglo XXI, ya que cuando los monstruos de Universal o de Hammer dejaron de funcionar en taquilla, se buscaron nuevas formas de sorprender al público. Que al final del camino es lo que importa, mantener pegado al sillón al espectador durante poco más de hora y media. Pero la innovación en el cine de terror tiene dos grandes enemigos, la publicidad y el propio público guiado por la misma. Grandes películas de terror (sí, de terror) como La bruja o Babadook se llevaron críticas negativas por el mero hecho de no reflejar en el resultado final lo que se venía vendiendo con los diversos tráilers, sneak peeks y otros reclamos publicitarios. La gente cree que va a pasar miedo y se encuentra, para su asombro y posterior enfado, con el más puro terror psicológico (que puede dar miedo, pero que puede carecer de las situaciones efectistas que busca el gran público) o con una historia que, lejos de asustar al espectador, lo conmueve.

El terror está evolucionando, ni los monstruos causan el mismo efecto, ni el terror gótico, ni los extraterrestres , ni las apariciones fantasmagóricas, al menos, no de la forma en las que las conocemos. Necesitan innovar, dar un lavado de cara a esos habituales del cine de terror, para que vuelvan a dar miedo a una generación que ya ha visto de todo, y que, a su vez, sea atractivo para la nueva generación de espectadores. En este artículo voy a repasar aquellos casos en los que me ha parecido que se ha innovado dentro del género de terror, para traer algo fresco y que, lejos de fracasar por ser arriesgadas, dejan un buen sabor de boca al espectador.

Antes de empezar, os voy  a dejar una breve sinopsis (extraída de la página FilmAffinity) y el tráiler de la película que me ha servido como inspiración para el presente artículo, Un lugar tranquilo.

Sigue la historia de una familia que vive en una casa en el bosque cuidándose de no emitir ningún sonido. Si no te escuchan, no pueden cazarte…

Tened cuidado con los spoilers, no vaya a ser que se os arruine la experiencia.

Babadook (2014)

Empezamos esta lista con una de las mejores películas de terror de su año, tanto por su planteamiento, como por su ejecución. Babadook nos plantea una historia, a priori, sencilla. Amelia (Essie Davis) aún no se ha recuperado del duro golpe que supuso perder a su marido, seis años han pasado y su imagen sigue acompañándola allá por donde va. Samuel (Noah Wiseman) ha tenido que aprender desde muy pequeño lo que significa crecer sin un padre, a pesar de que su madre ha puesto todo de su parte para que se note lo mínimo su ausencia. Ya os advierto de que no será fácil, y menos cuando aparezca un tercer personaje en escena, el Babadook: un monstruo imaginario (o no tanto) que acompañará al pequeño allá donde vaya. La obsesión del niño llegará hasta tal punto que se convierte en algo contagioso, pues su madre también percibe una extraña presencia que acosa a los habitantes de su hogar.

Tras conocer el argumento, el escéptico espectador, puede pensar que está ante la típica película de sustos fáciles, de casas encantadas con fantasmas sin bola y hombres del saco. Nada más lejos de la realidad, escéptico espectador. Es una estupenda mezcla de géneros que funciona como una máquina bien engrasada y un estupendo ejemplo de que la innovación en el cine de terror es posible. El monstruo que se nos muestra en la película es terroríficamente real, un viejo conocido que crece en el interior de aquellos que dejan espacio para ello. Alimentado por el miedo, la desesperanza y la perdida, el Babadook se hace fuerte. Un filme atrapante, en el que nada es lo que parece, que sorprende y conmueve a partes iguales. No es sólo una película de terror, es algo más.

It Follows (2014)

Aunque este filme no sea del todo original, pues bebe bastante de las pelis de terror ochenteras, merece su puesto en esta lista por varias razones; reinventa el tipo de terror que quiere homenajear y, a su vez, nos deja un rato pensando en lo que hay más allá de las imágenes que acabamos de visionar. Sin duda, mi favorita de todas las que vamos a ver en este breve artículo.

Antes de visionarla, os debo pedir que nos os dejéis llevar por la cubierta de la película, que intentéis leer entre líneas, o en este caso, observar entre fotogramas. Sus imágenes pueden evocarnos al mejor Wes Craven o al mejor Carpenter, y su genial banda sonora transportarnos a esos sobreexplotados años ochenta (donde el terror era el rey de la taquilla), pero va más allá de todo eso. En la película, los protagonistas humanos no son más que una mera excusa para mostrarnos al factor que verdaderamente importa en todo esto: el sexo. Sí, habéis leído bien, el sexo. La protagonista, tras perder su virginidad, se verá acosada por una siniestra presencia que amenaza con alcanzarla tras perseguirla hasta el fin del mundo, si fuera necesario. Pero no os dejéis engañar, la película no es un mero panfleto que nos invita a practicar el sexo de forma segura, también es un magnífico retrato del fin de la niñez, del paso de la adolescencia a la adultez (con todo lo que ello conlleva), de los riesgos que se cometen siendo jóvenes inexpertos, solos o acompañados, y de como afrontamos las consecuencias de nuestros actos. Una cinta poliédrica, sorprendente y única en su ejecución. Más que recomendada queda.

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IT FOLLOWS: Reviviendo el terror clásico

La bruja (2015)

Antes de ver el filme que nos ocupa, un servidor, ya sabía que estaba ante algo especial y único dentro de su género (aunque puede pertenecer, y pertenece, a varios).  La historia que se nos plantea nos traslada geográficamente (y en el tiempo) a la parte de América del Norte colonizada por aquellos navegantes provenientes de Inglaterra que buscaban espacio para su culto en un siglo convulso como fue el XVII. Una Nueva Inglaterra donde reinaba la paranoia, el fanatismo religioso y las dificultades ambientales. Allí es donde da comienzo esta historia: una familia de colonos expulsados se ve acosada por aquello que no entienden y temen, una presencia extraña atenta contra su ficticia tranquilidad y hace que aumente el fervor religioso en ellos. Un contexto perfecto para una película redonda en muchos de sus planteamientos.

Para un servidor, de las mejores películas que tuve el placer de ver durante su año de estreno. Lo que mejor funciona del conjunto es que es un perfecto puzzle, uno en el que cada pieza es presentada y colocada en el momento oportuno. Personajes creíbles (si te dejas llevar por la ambientación), secuencias poderosas y un guión cuidadosamente mimado, que hará las delicias de todos aquellos que quieran un tipo de terror diferente, más mimado y de hondo calado.

¡Larga vida a Philip el Negro!

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La bruja: cuánto daño ha hecho James Wan

Déjame salir (2017)

Cuando me encontraba visionando esta película en su correspondiente sala de cine, entre la incredulidad y la risa, no podía parar de pensar en lo que estaba viendo. Una divertida mezcla entre humor zafio (aunque algunas veces es más que eso), terror (yo diría, más bien, suspense, aunque en este caso vamos a aceptar al pulpo como animal de compañía) y, por supuesto, una crítica al racismo camuflado de buenas intenciones. No por menos es de las más originales que encontraréis en esta lista.

Su argumento es el siguiente: un joven afroamericano (interpretado por el prometedor actor británico, Daniel Kaluuya) decide pasar una temporada en casa de los padres de su novia blanca. Lo que, a priori, parece ser un hogar de lo más normal y acogedor, se convierte en un lugar de pesadilla para nuestro joven protagonista. El título es bastante descriptivo, ¿verdad?

Pero, tras su visionado, me hizo preguntarme si de verdad se merecía pertenecer al género de terror con todas las de la ley, puesto que en la película no vemos nada más allá de algún sustillo forzado por la situación que nos plantea. Y mi respuesta, tras la breve reflexión, fue rotundamente afirmativa. En un tono que se acerca más al puro thriller más que al terror, la película, nos expone situaciones en las que abriremos los ojos en señal de incredulidad, nos preocuparemos por el destino del protagonista, y cerraremos los puños con rabia ante las injusticias. Una mezcla de situaciones extrañas e incomodas que, al igual que el protagonista, no sabrás como encajar. Una bizarrada con sentido que no os quiero destripar, así que os pido que os dejéis llevar por lo que os quiere decir Jordan Pelee con este singular relato.

Otros artículos relacionados con la película:

Crítica de Déjame salir por mi compañero PGA

Otros intentos menos afortunados

A pesar de que esta nueva forma de plantear el cine de terror, desde una perspectiva más arriesgada e innovadora, hay casos en los que no les ha funcionado la mezcla de géneros. La decepcionante La momia y su fallido intento de mezclar terror con aventuras (mucho mejor llevado en sus entretenidas predecesoras protagonizadas por Brendan Fraser), el decepcionante debut en el largo del sueco David F. Sandberg con su Nunca apagues la luz -dejándose llevar por los tópicos cuando podría haber innovado como ya lo hizo con sus cortometrajes-, se suman a la larga lista de intentos fallidos de innovar en el cine de terror. Pero no todo está perdido, Stephen King ha renacido gracias a la última adaptación de It, los directores y estudios siguen apostando por el género, sigue funcionando en taquilla y, lo más importante, seguiremos recibiendo cintas con la calidad de las anteriormente descritas.

Este viernes 20 de abril podréis comprobar que el cine de terror está más vivo que nunca y en plena forma, de la mano de John Krasinski y su cinta Un lugar tranquilo, que ha hecho temblar la taquilla norteamericana durante dos semanas consecutivas. Un ejemplo más de que el cine de terror vende también por su calidad y no solo por sus sustos. Un saludo y que seáis muy felices.

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Antiguo colaborador de Las cosas que nos hacen felices al que agradecemos su tiempo y su aportación. Muchas gracias.
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