Bienvenidos una semana más a la Sala de Estudios de King’s Dominion, el lugar desde el que vamos a analizar todos los capítulos de Clase Letal. Así que ya sabéis, si no queréis leer spoilers más os vale ver el capítulo antes de leer este post.
Aquí puedes ver los análisis de los capítulos anteriores
Después de los grandes momentos que nos dejó el episodio anterior, ahora toca tomarnos un respiro, responder algunas preguntas y dejarlo todo preparado de cara a la recta final de la temporada (recordemos que sólo tendrá diez capítulos).
El pasado y el presente de María
La primera que busca respuestas es Madame Gao, la jefa de King’s Dominion que habíamos conocido en el capítulo tres. Quiere saber qué ha pasado con Chico ya que el joven narco está desaparecido. Para ello interroga a María y Saya dado su relación con él (pero nosotros ya sabemos todos su destino).
María soporta un peso tremendo. A los remordimientos por la muerte de Chico se une el tener que esconder que ella es la asesina, el ser ahora la jefa de los narcos en la escuela y tener el encargo de averiguar que ha pasado con su novio. Pero por otro lado se encuentra feliz ya que ha empezado una relación con Marcus, un romance mucho más sano que el que tenía con Chico. Y nos enteramos que ha dejado de medicarse. ¿Medicarse por qué? Saya le cuenta a Marcus que María es bipolar y necesita la medicación, además de la protección del que se supone que es su novio.
La pobre María no puede más y se pone a recordar su infancia. Cómo siempre en Clase letal esto significa que una secuencia de animación. Vemos a la familia de una pequeña María trapicheando con droga en su casa cuando son brutalmente asaltados por el cacique del lugar, El Alma del Diablo, su hijo pequeño y uno de sus secuaces. El Diablo crucifica al padre de María en la plaza del pueblo pero su hijo (Chico) conoce a la niña y le pide que la perdone, les podría ser útil en el futuro.
Ya conocemos todo sobre María, su pasado, su enfermedad, el peso que carga… Es normal que la pobre este un poco sobrepasada. Incluso hasta llegar al punto de disparar una flecha a Marcus cuando está en el tejado a solas con Saya, en una actitud muy cariñosa que hace que los celos la vuelvan loca. Marcus la persigue y tienen una fuerte discusión. El muchacho no entiende lo que le pasa y María le dice que tiene miedo, siempre tiene miedo y eso hace que se vuelva loca, pero que por favor la perdone. Es un momento de catarsis emocional de los dos jóvenes que acaba con un polvo que parece sellar el futuro de su relación. Pero a pesar de todo Marcus también se siente atraído por Saya y la japonesa por él, sin olvidar que las dos chicas son muy amigas. El triángulo amoroso sigue desarrollándose.
Chester y sus locuras
Nuestro amigo Caraquemada sigue a lo suyo. Intenta grabar un video en el que se le ve matando a dos personas y autonombrándose “Cara Cabron“ (Fuck Face en el original). Pero es tan torpe que se no ha metido cinta en la cámara. Está claro que sigue en su idea de hacerse famoso a través del asesinato.
Luego llama a King’s Dominion para hablar con Marcus y dejarle claro que su encuentro en Las Vegas fue real. Le recuerda que la vida que está viviendo nuestro protagonista debería ser suya por derecho, ya que fue él quién mató a toda la gente en el correccional, así que debería ser Chester quien estuviera en la escuela de asesinos y fuera famoso.
Por eso le dice a Marcus que tiene el cadáver de Chico (más concretamente su cabeza) y que el joven tiene sólo tres días para encontrarlo o mandará la cabeza al cartel y le contará cómo murió.
Conociendo a Madame Gao
Por fin conocemos un poco más de Madame Gao. En este capítulo queda claro que es alguien muy importante en la escuela. Incluso se enfrenta al profesor de lucha ya que considera que no trata de manera justa a Brandy, la rubia de los paletos sureños de la escuela. Gao da una paliza al profesor y deja a la rubia que grabe su nota en la frente del pobre profesor.
Esto le lleva a tener una reunión con el director Lin, donde nos enteramos que ambos son hermanos. Pero unos hermanos muy diferentes ya que no se criaron juntos. Ella desde muy niña tuvo que empezar a aprender a ser asesina y es algo que nunca ha perdonado a Lin, que tuvo una vida según Gao más sencilla. Para la mujer tiene que haber más disciplina en la escuela y le echa en cara a su hermano su favoritismo hacia Saya, una chica que Gao no puede ni ver.
Willie encuentra el amor
Además de María, el que parece estar pasándolo peor es Willie. Ha caído su fachada de chico duro y no poder ser cómo realmente es le tiene acabado. A pesar de estar mal, consigue para su amigo Marcus un trabajo en una tienda de comic. En dicha tienda Willie conoce una chica con buen gusto en los cómic (quiere comprar Watchmen de Alan Moore). La joven se llama Gabriel y el que Willie pueda mostrarse con ella cómo es realmente será un alivio para el pandillero.
Lin y su secreto
El capítulo acaba con el descubrimiento más inesperado de todos. Sabíamos que la familia de Lin había muerto (algo que él le recuerda a su hermana para que vea que no ha tenido una vida tan facil). Pero en la última escena del episodio vemos al director llegar a una casa en la que le están esperando… ¡su hija y su mujer! Su esposa resulta ser la mujer con la que estuvo en el episodio cuatro. Recordemos que entonces comentaba que ella había podido dejar atrás el mundo de violencia al que pertenecía. Ya sabemos cómo lo hizo, fingiendo su muerte y la de su hija para tener una vida oculta y más tranquila con su marido, alejando además a la niña de un destino que parece marcado por la sangre. ¿Qué pasará si se entera de esto Madame Gao y el resto de la familia de Lin?
Se acercan nubarrones en el futuro de los protagonistas de la serie: Chester, el triángulo amoroso de Marcus, María, y Saya, la familia de Lin, la desaparición de Chico y las represalias del cartel… Quedan cuatro episodios que prometen ser muy movidos.
RECOMENDACIONES DEL CAPÍTULO. Una película: Noche de miedo. Una canción: Someboy de Depeche Mode. Un comic: Watchmen de Alan Moore y Dave Gibbons. Un libro: Dune, de Frank Herbert.