Con dos episodios ya estrenados, llegó finalmente a Disney+ la esperada serie de Willow, el personaje que, lleno de épica y fantasía, naciera a finales de los ochenta en la película del mismo título. Creada por Jonathan Kasdan, vuelve a tener en el papel protagónico al querido Warwick Davis.
Durante mucho tiempo el mundo de las series fue bastante esquivo a la fantasía épica. Ello cambió, desde ya, con Juego de Tronos que, aun con su polémico cierre, dejó justamente “el trono vacante” para que las distintas plataformas buscasen ocuparlo. Este año nos ha traído nada menos que cuatro propuestas en esa línea: a las previamente estrenadas La Rueda del Tiempo, La Casa del Dragón y Los Anillos de Poder (pueden leer nuestros respectivos análisis pinchando en los correspondientes links), Disney+ suma ahora Willow.
¿Consiguió alguna de ellas ocupar ese lugar vacante? Hasta ahora, y siempre considerando que Willow lleva solo dos episodios, pareciera que no pero bueno, la vara es alta…
Willow, creada por Jonathan Kasdan, es secuela de la icónica película de idéntico título que, dirigida por Ron Howard sobre historia de George Lucas, fuera estrenada en 1988 y de la cual pueden leer en esta web el retro-análisis que este servidor ha dejado hace apenas días.
La idea de rescatar ese personaje y esa historia tan entrañables no podía menos que alegrar a quienes en su momento hemos disfrutado con aquella película o a quienes la hayan descubierto después. ¿Cumple con las expectativas? Pasemos a analizarlo, pero previamente veamos de qué va la historia en estos dos primeros episodios estrenados cumpliendo en advertir, desde ya, que SE VIENEN SPOILERS DE LA TRAMA.
El primer episodio comienza con un “racconto” de lo ocurrido en la película pues, claro, ha transcurrido mucho tiempo desde ella. Nos enteramos que luego de aquellos sucesos, Willow Ufgood había experimentado visiones que le mostraban que la oscuridad no estaba aún derrotada y, por tal razón, encargó expresamente a Sorsha y Madmartigan que mantuvieran a salvo a la niña Elora Danan hasta que llegase su momento de ser emperatriz. El relato en off lo hace la propia Sorsha, contándonos que decidió entonces resguardar la identidad de Elora (incluso de sí misma) y hasta prohibió la magia.
Boda en Ciernes
Volvemos al presente con dos muchachas batiéndose a espadas en un entrenamiento. Lo primero que nos nace es intentar determinar cuál será Elora…
Una de ellas, Kit (Ruby Cruz) es hija, justamente, de Madmartigan y Sorsha, lo que la convierte en candidata en el supuesto caso de que le hayan ocultado que no es hija biológica; la otra, su amiga y pronto sabremos que algo más, es Jade (Erin Kellyman), cuyo rostro pecoso enmarcado por rizados y rojizos cabellos puede hacernos también pensar en Elora y que lo de Kit sea entonces un engaño. De hecho, esa fue mi primera y equivocada impresión…
Airk (Dempsey Bryk) es hermano mellizo de Kit y tiene el mismo nombre que aquel amigo de Madmartigan en la película: se le ve desentendido de sus quehaceres como príncipe y prefiere revolcarse por los prados con una joven cocinera llamada Paloma (Ellie Bamber).
Ambos hermanos son súbitamente llamados por su madre Sorsha (nuevamente interpretada por Joanne Whalley) con motivo de la visita del rey Hastur (Derek Horsham), quien gobierna el vecino reino de Galladoorn y se encuentra allí para unir en matrimonio con Kit a su hijo Graydon (Tony Revolori), sellando de ese modo alianza política con Tir Asleen.
Pero Kit no tiene el más mínimo interés por mucho que su madre insista en la necesidad de unir a los dos reinos ante la inminente amenaza. Es bastante arrogante y por momentos insoportable, además de tener un discurso feminista anacrónico que no encaja en marco medieval alguno, por más inventado que sea. Invoca su derecho a decidir su propio destino y se obstina aún más cuando Jade le cuenta que se enrola como “caballero” en la Legión Brillante para alejarse y no obstruir su vida.
Durante el banquete de compromiso, Sorsha expresa al rey vecino su preocupación por ciertos movimientos al otro lado de la “barrera invisible”, cerco mágico con el que las ya aparentemente fallecidas Raziel (la hechicera “buena” en el filme) y Cherlindrea (la reina de las hadas) han protegido a Tir Asleen de la entrada de cualquier visitante no grato.
La escena es interrumpida por una furiosa y resentida Kit que expresa al príncipe Graydon su rechazo y disconformidad con la boda, a lo que este prácticamente no responde: también él da la impresión de estar siendo arrastrado hacia un destino impuesto que no quiere y menos aún obligar a alguien a compartirlo. La joven huye de escena mientras su hermano Airk la defiende y termina también discutiendo con su madre.
Rapto
En la noche, Sorsha se halla envuelta en dudas y culpas por el futuro que quiere imponer a su hija y así se lo manifiesta a Boorman (Amar Chadha-Patel), reo al cual mantienen en los calabozos y que actúa como su confidente por haber sido en el pasado escudero personal de Madmartigan. Kit, en tanto, comunica a Jade que se marcha del castillo más allá de la barrera, pero a esta no le gusta la idea de que renuncie a su porvenir pues ya le llegará su momento de tomar decisiones por cuenta propia.
En sus aposentos, Sorsha tiene pesadillas en las cuales Willow le advierte acerca de la llegada de las “galernas” y, en efecto, una espesa niebla cubre instantes después el castillo que es atacado por huargos (“perros de la muerte” se los llama) y horrendas criaturas aladas.
Mientras la lucha arrecia y se pone álgida, Sorsha libera a Boorman para que ayude en la defensa y si bien logran repeler el ataque, comprueban que el príncipe Airk ha desaparecido, afirmando Graydon haber visto el momento en que lo raptaban y llevaban en vuelo.
Ello lleva a Sorsha y Hastur a armar una compañía al estilo “comunidad del anillo” para salir en su búsqueda y rescate, previo a lo cual deberán visitar a un viejo conocido que ya imaginamos quién es. El grupo incluye a Jørgen Kase (Simon Armstrong), leal servidor de Sorsha que ve a Airk casi como su propio hijo, siendo acompañado por Kit, Jade, el príncipe Graydon y el recién liberado Boorman. Es decir que hay una muchacha rebelde, una joven guerrera aún inexperta, un príncipe que no luce muy avezado en combate y un reo que acaba de salir de prisión: no sé qué decir sobre el criterio de elección…
Para colmo, en pleno viaje descubren que el quinteto es en realidad sexteto, pues entre los bártulos viaja de polizón la joven cocinera Paloma, quien quiere colaborar en el rescate de su amado Airk. Apenas descubierta, quieren enviarla de regreso pero se aproxima la noche y ello impone esperar hasta el otro día, aunque ya imaginamos que seguirá con ellos…
Viejo Amigo
Al llegar a la aldea de los Nelwyn, son recibidos por un enano que en principio se hace pasar por Willow pero que termina siendo en realidad su mejor amigo: un tal Silas (Graham Hughes). Si están tratando de recordar algún Silas en la película original, la respuesta es no: el mejor amigo de Willow era Meegosh, de quien hasta aquí no hay noticias.
El momento de aparición de Willow en escena es lo mejor del primer episodio y de algún modo da sentido a haber esperado tanto. Aun estando claro que aparecería de un momento a otro, el ver a Warwick Davis hacer su primer acto de presencia es muy fuerte desde lo emocional.
Ahora es un mago bastante más experimentado y se ha convertido, de hecho, en el Gran Aldwyn de la aldea. Apenas puesto al tanto de la desaparición del príncipe Airk, percibe que este ha sido llevado a la Ciudad Inmemorial, más allá del Mar Destrozado. El dato causa desconsuelo, muy especialmente en Boorman, pues el mencionado mar es, a su decir, “donde terminan los mapas”.
Pero eso no es lo único que Willow logra saber merced a su magia. Además, advierte algo especial en la joven Paloma y, en efecto, al descubrir su brazo y pronunciar alguna palabra mágica, ve dibujarse la señal que la identifica claramente como Elora Danan, la bebé cuya vida protegiera tantos años atrás y que está destinada a derrotar a la oscuridad…
Vaya que nos han engañado, por lo menos a mí, pues imaginaba que la misma sería alguna de las otras dos muchachas y más probablemente Jade. Además y para terminar de desorientarnos, Paloma es rubia y no pelirroja, lo cual tendrá luego su explicación con otro ardid de su madre para ocultar su identidad.
Otro Rapto
El segundo episodio se inicia con un flashback que nos ilustra sobre lo ocurrido en los años que han mediado entre los hechos de la película y los de la serie. Vemos a un joven Willow intentando convencer a Sorsha de entrenar a Elora en las artes de la magia para enfrentar a la oscuridad, pues sostiene que la misma, esperando manifestarse, sobrevive de alguna forma en ella o en sus hijos, en definitiva nietos de Bavmorda. Ella no está de acuerdo: aun reconociéndole su valentía y honradez, no le ve como gran hechicero y hasta le espeta que “nunca llegará a serlo”. Fuerte…
No es lo único de lo que nos enteramos: por primera vez sabemos algo de Madmartigan, quien ha partido junto a su escudero tiempo atrás en busca de la Armadura Kymeriana, pieza que, al parecer, serviría para derrotar al mal sin recurrir a Elora. Tras ello, desapareció sin dejar rastro.
Es bueno aclarar en este punto que hasta último momento Val Kilmer iba a formar parte de la serie, pero sus problemas de salud (viene de un cáncer), sumados al alto riesgo por la pandemia, han llevado finalmente a dejarlo afuera de esta primera temporada: de allí que hayan tenido que explicar de algún modo su ausencia; ojalá le veamos en la segunda y todo indica que, de haberla, será así…
Vueltos al presente y como corolario del flashback, vemos a Willow intentando convencer a Elora de recibir su entrenamiento. A Kit se la ve molesta con ese asunto, pues lo considera una pérdida de tiempo y quiere partir ya mismo (ya sé que se trata de su hermano, pero sigue ganando puntos en antipatía); la propia Elora, inclusive, es partidaria de la idea porque quiere rescatar a Airk cuanto antes.
Por otra parte, el comandante Ballantine (Ralph Ineson), quien ha recibido noticias de que Elora se halla más allá de la barrera (de hecho, fue la primera en cruzarla), pone al tanto a Sorsha y esta le envía con una guardia en su búsqueda. Sin embargo, por el camino, veremos que ha sido corrompido por el mal a través del Lich (líder de las galernas) y atacará a sus propios hombres para terminar convirtiéndolos igualmente en esbirros de la oscuridad.
Willow, en asamblea, informa a los suyos sobre la identidad de Elora pero falla en convencerlos cuando le piden que la someta a la “prueba del dedo”, fracaso celebrado con una sonrisa por la insufrible Kit. Lo mismo cuando intenta que pronuncie unas palabras mágicas para hacer crecer una semilla y Paloma (Elora) no consigue nunca dar con la pronunciación correcta, por lo cual se frustra y se niega.
El grupo se pone en marcha nuevamente, ahora sumándoseles Willow (quien se despide de su hija Sims) y su amigo Silas. No saben, claro, que Ballantine está tras ellos. Hay algunos interesantes diálogos en los altos del viaje: Graydon, quien se revela cada vez más como de buen corazón, intenta convencer a Elora de que confíe en sí misma.
Willow, en tanto, sufre en sueños visiones en las que se ve a sí mismo en un asolado campo de batalla y, al parecer, todo indica que solo podrán sobrevivir (y el mundo salvarse del mal) si Elora termina muriendo, cosa que, obviamente, le mortifica y llena de culpas. En la noche y junto a un río, la joven es capturada por Ballantine en el preciso momento en que intenta, por cuenta propia, pronunciar correctamente las palabras para hacer crecer la semilla. Una vez que se la han llevado, la misma germina a toda velocidad y da nacimiento a un arbusto…
Balance de los Dos Primeros Episodios
Si hubiera tenido que hacer este mismo artículo con solo el primer episodio, mi opinión no hubiera sido positiva: personajes intrascendentes o directamente detestables, diálogos algo insípidos, poca conexión con el filme original, escasa magia y solo la emotiva aparición de Willow salvando las cosas al final.
Pero el segundo mejora mucho y pareciera dejar la serie mejor encaminada aun cuando todavía no sepamos bien hacia dónde. Con los años transcurridos y el hecho de que, salvo algunas novelas gráficas a cargo del gran Chris Claremont, no hayamos tenido noticias de este universo, era en parte lógico que aparecieran personajes nuevos, inclusive villanos. De Kit ya he hablado bastante cada vez que me tocó mencionarla: solo decir que luce como una adolescente rebelde fuera de época y contexto, de quien me encantó que fuera puesta en su lugar tanto por Willow como por su amiga Jade que, por cierto, revela bastante más prudencia y sabiduría: ojalá su personaje crezca de modo acorde a ello.
De Boorman aún sabemos poco, sobre todo de su pasado o lo que le ocurrió exactamente pero, algo despistado y a la vez de buen corazón, parece ser un personaje con potencial y otro tanto Graydon, a quien vemos algo torpe y hasta nulo al principio pero se termina revelando como tipo prudente y de buenos sentimientos. Creo que esos dos personajes pueden crecer si se los sabe aprovechar.
Ellie Bamber está bien en el papel de Paloma/Elora, pero no nos encaja demasiado su edad al compararla con la de Willow o su madre: parecieran haberle pasado la mitad de los años a menos que ello sea posteriormente explicado en relación con sus características especiales o la magia que, en estado latente, guarda en su interior y que esa escena final, con el arbusto creciendo desde la semilla, termina de confirmar.
Como momento divertidamente nostálgico, rescato la escena en la cual, por el bamboleo de la carreta, vomita al rostro de Willow remitiendo a cuando lo hiciera de bebé.
Del mal, la oscuridad o como se lo llame, aún no sabemos demasiado. Ni sobre su identidad (se le llama “The Crone”, lo cual podría indistintamente traducirse como “el brujo” o “la bruja”) ni sobre sus intenciones, aunque podemos empezar a suponer que si, como Willow dice, Sorsha y sus hijos mantienen algo de la oscuridad dentro suyo, el rapto de Airk puede tener como objetivo justamente explotar esa latencia.
En cuanto a los sobrevivientes del elenco de la película original, Joanne Whalley nunca fue una gran actriz y, transcurridas más de tres décadas, sigue sin serlo: igual de inexpresiva.
Pero las palmas se las lleva sin Warwick Davis, encarnando magistralmente a un personaje atormentado por sus propias inseguridades (no parece estar convencido de ser un gran hechicero y tanto Sorsha como su gente le llenan de dudas al respecto), así como por la posiblidad de estar llevando a Elora hacia su muerte como requisito para salvarlos a todos. Es de creer que a la larga encontrará el camino para torcer tan triste destino…
En cuanto a la poca magia que hasta aquí hemos visto, es lógica considerando que la misma ha sido prohibida por Sorsha y que Elora aún no logra manifestarla: en ese sentido, el segundo episodio aporta bastante más para entender esa ausencia.
No es menor el dato de que Jonathan Kasdan sea el showrunner de la serie ya que es hijo del gran Lawrence Kasdan y la trama de la serie guarda varios puntos de contacto con Star Wars: El Despertar de la Fuerza, que este último coescribiera junto a J.J. Abrams. Tenemos una identidad oculta (Elora en lugar de Rey), un preciado objeto guardado y entregado en una caja (vara mágica en lugar de sable de luz) y un discurso acerca de la magia que se parece bastante al de la Fuerza.
Claro que en el origen de ambas franquicias está George Lucas y ello tampoco es dato menor pues aun cuando no haya estado involucrado en El Despertar de la Fuerza y aquí solo aporte el nombre de su compañía, difícil es creer que su presencia no lo siga impregnando todo.
Volviendo al principio, no tiene sentido seguir esperando la nueva Juego de Tronos, pues hubo solo una y las series que fueron viniendo después (inclusive la propia La Casa del Dragón, que le hace de precuela) han tenido un tono diferente y, en el caso de Willow, más todavía.
Tampoco tiene sentido, después de treinta y cuatro años y más allá de los entrañables momentos de nostalgia, esperar una secuela directa de la película como si en el medio no hubieran transcurrido años. Lo que sí podemos esperar es, al menos, una historia entretenida: hasta aquí la serie ha tenido poca acción (ni siquiera nos han mostrado el rapto de Airk, aunque intuyo que pueda ser para ocultarnos algo), pero el segundo episodio, aun cuando transicional y preparatorio, parece llevarnos mejor hacia algo que puede ponerse interesante y esperemos que así sea.
A ver qué nos depara el próximo. Hasta entonces y sean felices…