InicioSeriesEl Ministerio del Tiempo (Análisis)Análisis del Ministerio del tiempo. Temporada 3. Capítulo 12. Contratiempos.

Análisis del Ministerio del tiempo. Temporada 3. Capítulo 12. Contratiempos.

Bienvenidos una semana más a los análisis del Ministerio del Tiempo. Para todos aquellos que todavía no han visto este duodécimo capítulo de la tercera temporada, aquí tenéis una puerta a los análisis de todos los capítulos de la serie. Para los que ya han podido ver el episodio Contratiempo, comenzamos.

La democracia no existiría, con sus virtudes y sus defectos, pero no existiría.

El penúltimo capítulo de esta tercera temporada no solo es uno de los más emocionantes de la serie, si no que es uno de los que contienen un sustrato más profundo detrás del tono ligero que ha caracterizado a El ministerio del tiempo.

Como está siendo tónica en esta tercera temporada, la trama histórica pasa de puntillas a lo largo de los setenta minutos que dura este Contratiempo. La elección de Adolfo Suárez como presidente tras la muerte de Franco es la excusa para narrar el enfrentamiento final del ministerio con los Hijos de Padilla y El Ángel Exterminador. Sin embargo, lo que significó este personaje para la historia reciente de España sí que encierra el principal mensaje de este capítulo: en una España dividida en dos desde hacía siglos, había que cerrar heridas, aunque ello supusiera abrir otras nuevas.

LA TRAICIÓN DE ALONSO Y EL ENFRENTAMIENTO FINAL

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Alonso se ve forzado a trabajar para El Ángel Exterminador para salvar a Elena. Su líder, Bosco, quiere que el soldado de los Tercios acabe con Suárez. En la segunda escena más impactante del episodio, Alonso es asesinado por Pacino en un intento por salvar a Suárez. Una falsa muerte, como todos sabéis, muy bien llevada y que no es resuelta hasta el final, con Bosco derrotado por Salvador.

Entre tanto, Marta se obsesiona con poder mostrar su valía al ministerio y atrae a los Hijos de Padilla, el otro gran rival de la temporada que se había diluido tras la captura de la agente doble.

Aunque el tono de este encuentro final no ha terminado por convencerme (al final, los villanos de anteriores temporadas han sido más estimulantes), es cierto que no ha podido concluir de mejor manera. Por un lado, la España arcaica, de mente cerrada, temerosa del progreso. Por el otro, la España empeñada en despreciar su propia historia, la que se ve superior al resto de sus congéneres, la envidiosa de otros países. Qué mejor forma de eliminar a los dos rivales del ministerio en un enfrentamiento suicida para ambos bandos.

LOLA VS LOLA 

Por otra parte, ha quedado demostrado que la joven Lola Mendieta no había vuelto al Ministerio para ser una mera sustituta de Amelia, si no que iba a tener su propia enjundia como personaje. Al fin y al cabo, es la única agente de la historia del ministerio que había sido reclutada dos veces.

Su hija, con la que ya había compartido escenas que recordaban a Interstellar, le pide que investigue quien es su padre. Ha sido diagnosticada de ELA, una enfermedad neurológica mortífera, y quiere conocer la verdad sobre sus padres antes de morir.

Finalmente, Lola consigue averiguar la verdad contactando con la Lola original, por decirlo de alguna forma. El personaje magníficamente interpretado por Natalia Millán le confiesa que Lucía no es hija suya, si no que la rescató cuando un republicano preso durante la posguerra irrumpió en casa de la familia que les denunció y acabó con todos. Lo que Lola no confiesa a su yo del pasado-futuro-otro universo (por cierto, una escena que me recuerda mucho a la desconocida Predestination) es que fue ella la que asesinó a dicha familia por haber denunciado a su padre y encerrarlo en un campo de concentración. La escena más impactante del episodio. Las heridas estaban muy abiertas y de ahí la necesidad de cerrarlas, de una forma u otra que supuso la Transición.

HOMENAJES

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 Con la excusa de la enfermedad de Lucía, Salvador recuerda al que ha sido el mejor subsecretario de la historia del ministerio, que también había fallecido de ELA. Este es ni más ni menos que Pablo Olivares, co creador del Ministerio del tiempo y fallecido en 2014. Un magnífico homenaje a un guionista excepcional sin el cual no hubiéramos tenido la oportunidad de ver esta serie.

Por otra parte, el resumen del último capítulo ya nos da pistas de a quién homenajeará. Ya no hay Ángel Exterminador ni Hijos de Padilla. Ahora, de la mano del genial Narciso Ibáñez Serrador, Olivares va a homenajear a todos los ministéricos que, semana tras semana, hemos asistido a una serie única en España que, esperemos, no acabe todavía.

Mientras esperamos al ansiado último capítulo, sed felices.

Fernando Vílchez
Fernando Vílchez
Comecocos. Intento aprender como si viviera para siempre y vivir como si hoy fuera mi último día...con las cosas que me hacen feliz.
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