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Crítica de Superman: La era espacial

Superman: La era espacial es uno de esos cómics que pone al Último Hijo de Krypton en una situación extraña, en una de esas historias que no podría contarse dentro de la continuidad oficial de DC. En este sentido, hemos visto al Hombre de Acero en contextos de lo más disparatados, desde la Edad Media hasta la Guerra de los Mundos, sin olvidar aquella vez en la que se convirtió en el monstruo de Frankenstein. Los Elsewords, o historias situadas en un universo alternativo, son irregulares sin remedio, con una gran cantidad de morralla y unas pocas obras excelentes.

Por suerte, esta creación de Mark Russell y Mike Allred es de las segundas. Así que solo queda volver a ese concepto tan de moda, el multiverso, y visitar al Superman de una realidad que lo necesita más que nunca.

Superman: La era espacial

Como sugiere el título, la historia se sitúa en los años sesenta del siglo pasado, la era de la carrera espacial y también la era en la que el editor Mort Weisinger y creadores de la talla de Otto Binder o Curt Swan acabaron de dar forma al Superman que conocemos hoy en día. Pero el tono de aquellas historias solía ser blanco y optimista, y este no es el caso aquí.

En Superman: La era espacial, Clark Kent inicia su andadura como superhéroe a principios de los sesenta, en un mundo todavía condicionado por la Guerra Fría y la amenaza constante de aniquilación nuclear. Siguiendo los consejos de un padre curtido por la Segunda Guerra Mundial, se convertirá no solo en el protector de Metrópolis, sino del mundo.

Superman: La era espacial

Sin embargo, hay un momento clave que diferencia a este Kal-El de todos los demás, y es su encuentro en un bar con un hombre misterioso llamado Paria, que le asegura que una fuerza conocida como el Antimonitor está destruyendo una gran cantidad de universos y que el suyo acabará aniquilado sin remedio. ¿Cómo hará frente a esta revelación? ¿Podrá salvar a la humanidad?

El Hombre del Mañana… y del ayer

Mark Russell es un guionista que se ha granjeado muy buenas críticas durante los últimos años, modernizando Los Picapiedra y contando otra historia alternativa, en esa ocasión de Los Cuatro Fantásticos. Por supuesto, el dibujante Mike Allred no necesita presentación, ya que tiene en su haber cómics como Madman, X-Statix o el Estela Plateada de Dan Slott. En resumen, este prestigioso equipo creativo amerita al menos la curiosidad de cualquier aficionado al género, por mucho que la idea parezca trillada.

No es ningún secreto que DC ha contado el origen de Superman en tantas ocasiones que ya resulta repetitivo, pero estos dos creadores se las arreglan para darle un giro: desde el comienzo, sabemos que este no es el comienzo de una nueva franquicia ni un intento de modernizar al personaje, todo lo contrario. Este es uno de los muchos universos destruidos durante la Crisis en Tierras Infinitas original, con lo que ya sabemos cuál será su final. Solo nos queda conocer cómo un héroe tan icónico como este hace frente a una tarea imposible.

Superman: La era espacial

A lo largo de esta epopeya, veremos cómo se forma la Liga de la Justicia para hacer frente a versiones más oscuras de los villanos clásicos de DC, que ahora representan algunos de los miedos de la época (que no podían tratarse por culpa del código de autocensura que entonces imperaba) y algunas preocupaciones más propias de la sociedad contemporánea. Russell ya ha tratado temas sociales en otros cómics, y aquí vuelve a hacerlo con acierto.

Sin embargo, el eje central de esta obra es más universal. Aunque con una perspectiva que se acaba revelando más optimista de lo que parece, no desentona con géneros como el horror cósmico o con las predicciones apocalípticas provocadas por el avance de las nuevas tecnologías. ¿De qué sirven los superpoderes cuando se hace frente a una amenaza imbatible? ¿De qué sirven nuestras habilidades cuando una bomba nuclear o las condiciones atmosféricas pueden barrernos en un segundo? Ver a un icono tan indefenso frente a las circunstancias es descorazonador, pero nos permite empatizar como casi nunca antes con el Hombre del Mañana.

Pero, por supuesto, estamos hablando de Superman. Qué sería de Superman si se rindiera.

Conclusión

Superman: La era espacial nos devuelve a una de las etapas más icónicas del personaje para contar no solo esas historias que la censura impidió que se contaran cuando tocaba, sino para mostrarnos cómo reacciona un héroe intachable cuando no puede ganar. Recuerda poderosamente a La muerte del Capitán Marvel, pero tiene una identidad propia que la hace irresistible.

 

Máximo Simancas
Máximo Simancashttps://laautopistadepalabras.wordpress.com/
Periodista. Redactor en esta página y, antes, en el portal digital madridesnoticia. Creador de contenido para redes sociales.
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