Netflix consigue salir airoso en esta actualización de Superdetective en Hollywood. Regresa Axel Foley, nuestro detective favorito de la comedia de acción. Un ejercicio ingenioso que mezcla nostalgia, humor y un ritmo ligero, ideal para el verano y que supera los límites mediocres de las películas a los que nos tiene acostumbrados.
Se define el entretenimiento como una actividad destinada a dar una diversión con la intención de fijar la atención de una audiencia, algo que no podría explicar mejor lo que consigue Eddie Murphy trayendo de vuelta a uno de sus mejores personajes. La película es sobre todo, y lo único que busca, un honrado ejercicio nostálgico de entretenimiento, capaz de mantenernos con los labios entreabiertos, expectantes ante las imágenes, para que puedan relajarse y disfrutar en el sillón de casa después de un arduo día de trabajo.
Esta nueva entrega de Superdetective en Hollywood respeta, con delicadeza y acierto, la continuidad con las otras películas, sin abusar de los elementos fáciles que manipulan la añoranza de los recuerdos, sino como parte de una saga que ha madurado a la par que lo ha hecho Axel Foley. Mantiene la coherencia con respecto a la identidad que hicieron famosa a esta comedia, respetando la similitud del estilo de sus predecesoras, pero actualizadas al ritmo vertiginoso y trepidante que impera hoy en día.
Superdetective en Hollywood: Axel F. Está dirigida por Mark Molloy y con guion de Will Beall. Es la cuarta entrega de la saga, en la que Eddie Murphy también ejerce de productor. Recuperan sus personajes los actores Judge Reinhold, John Ashton, Paul Reiser y Bronson Pinchot. Contando con nuevos protagonistas como Joseph Gordon-Levitt, Taylour Paige y Kevin Bacon. La producción corre a cargo de Jerry Bruckheimer como en las anteriores sagas. Mientras que Lorne Balfe es el encargado de la banda sonora de la película.
La historia nos muestra a un Axel Foley que sigue haciendo lo que mejor sabe, detener delincuentes fiel a su estilo, es decir, después de soltar su veloz labia. Nuevamente el destino requiere que Axel abandone la fría Detroit para acudir a la luminosa Los Ángeles. En esta ocasión, para abordar un nuevo caso en el que está metida una persona muy querida para el detective y que corre peligro: su hija. Una abogada que está llevando un proceso que compromete a policías corruptos y en el que está involucrado su viejo amigo, Billy Rosewood.
Superdetective en Hollywood logra recordar, y homenajear sin caer en el edulcoramiento, ese cine de los 80 y 90 tan dinámico, puro e impulsivo. Con persecuciones efectistas, sin tanto croma verde, y tiroteos secos y directos del viejo estilo de las buenas películas de acción. En la que destaca de nuevo Eddie Murphy, indisociable del personaje de Axel Foley, el irreverente policía de Detroit charlatán, desvergonzado y juguetón. Un personaje divertido, que logra caernos simpático con su forma de sonreír y su estilo humorístico de verborrea ágil.
Un humor que se disfruta con acertados gags, algunos más inteligentes que otros, pero que en ningún momento abusa de los mismos, recordando que es una comedia de acción. Instantes ingeniosos como la escena en el vestuario de Hockey, la omisión de la tercera parte de la saga, y sobre todo la escena del depósito de policía, que gira en torno a los chistes de películas, como el de Liam Neeson o el Destino de Júpiter. O ese plano final, que nos retrotrae a la primera Superdetective en Hollywood con la sonrisa característica del personaje, capaz de lanzarnos hacia una evocación profunda de alegría que nos deja con la misma sonrisa que el encantador Axel.
Pero como decíamos, es una comedia de acción, y la acción está brillantemente presente. En especial, sus persecuciones que se disfrutan como el mejor menú de un restaurante, en el que no sobra, ni falta de nada. Superdetective en Hollywood arranca en un tempo vibrante con una persecución furiosa, que es un homenaje al comienzo de la primera película, que desata otra vez, el caos por las calles de Detroit. Unas persecuciones que están perfectamente filmadas, gracias a una planificación que no abusa de los efectos especiales, logrando un realismo que engancha. Para muestra las escenas del helicóptero…mejor que la disfruten.
Superdetective en Hollywood tiene sus fallos, perdonables, la trama es bastante genérica y la tensión demasiado ligera. Esta falta de tensión produce un aislamiento de los personajes logrando que no nos impacten los actores secundarios, como Joseph Gordon-Levitt o que no nos importe lo que le haya podido suceder al desaparecido Billy Rosewood, una pena, porque ambos actores están desaprovechados.
Pero lo que más lastra la película de Superdetective en Hollywood es la relación paterno-filial, que nunca consigue crear una química creíble entre Taylour Paige y Eddie Murphy. Los conceptos dramáticos fallan y cuando aparecen en la película, esta se vuelve anodina, anestesiando el ritmo del largometraje hasta el punto de reducir la comicidad de Axel Foley. Mención especial para un Kevin Bacon que se lo pasa en grande haciendo de policía corrupto, desatado y sin ganas de disimular que es el villano de la función.
La BSO ayuda a sumergirnos en las traviesas aguas de la música ochentera, ofreciendo una inmersión nostálgica cautivadora. Las escenas de acción, aunque escasas, son contundentes, en especial el homenaje de la refriega final en una mansión, que rememora a la primera Superdetective en Hollywood, un tiroteo seco, directo y violento, que no tiene necesidad de usar delirantes filigranas modernizadas.
Está claro que no supera la altura de la película original de Superdetective en Hollywood, ni de la segunda parte, pero se agradece que sea un intento de ir más allá de la nostalgia ochentera. Y es que Axel Foley se ha hecho mayor en un mundo tecnológico, pero sigue teniendo un carisma que ninguna inteligencia artificial puede robarle, ni siquiera el tiempo es capaz de arrebatar protagonismo a este icónico personaje.
En definitiva, no será la película del verano, pero Superdetective en Hollywood: Axel F. es un filme que se disfruta como una aventura entre los cálidos rayos de sol de la tarde. Una película que hace de su gran virtud, el entretenimiento. El oficio de una comedia de acción distraída, sin más pretensiones que ofrecer una diversión en la que tienen cabida; robos, corrupción, drogas, persecuciones y humor para toda la familia. Un pasatiempo veraniego, que termina siendo una buena oportunidad para disfrutar de nuestro adorado detective bocazas.