Con su segunda temporada, Vikingos: Valhalla está de vuelta para explorar los fantasmas y conflictos de nuestros protagonistas. La serie, creada por Jeb Stuart y emitida por Netflix, es spin-off de Vikingos y transcurre cien años después.
Hola nuevamente. Menos de un año ha pasado desde la primera temporada de Vikingos: Valhalla y aquí estamos para analizar la segunda que, aunque de tono algo diferente, mantiene el mismo interés y la confirma como una de las grandes series de Netflix. Pasemos ya mismo a ver y analizar qué ocurrió en estos primeros primeros cuatro episodios, advirtiendo desde luego que SE VIENEN SPOILERS DE LA TRAMA.
Si lo desean, pueden leer nuestros análisis anteriores:
. Análisis de Vikingos: Valhalla. Temporada 1. Episodios 1 a 4
. Análisis de Vikingos: Valhalla. Temporada 1. Episodios 5 a 8
En Kattegat
Comenzamos con Leif (Sam Corlett) buscando a Olaf en un campamento masacrado. Se entera que ha caído prisionero de Forkbeard y lo han llevado a Kattegat, así que viaja allí de incógnito.
Un tal Jorundr (Stanislav Kalas) le reconoce y Leif no le da demasiado lugar, pero el sujeto tampoco parece interesado en delatarlo y sí en quejarse de la pérdida de tradiciones normandas, ya que Olaf será ajusticiado en la horca (a la usanza inglesa) y no sometido a un águila de sangre.
La Guía
En una apartada cabaña, Freydis (Frida Gustavsson) y Harald (Leo Suter) llevan una vida apacible y alejada de conflictos, pero él quiere regresar a Kattegat y reclamar el trono que alguna vez le prometiera Canuto, ausente ahora por la guerra. Aun sin saber que ella está encinta, no ve para un hijo suyo otro destino que el de rey.
Freydis, en cambio, quiere seguir con la vida que llevan; no considera buena idea ir a Kattegat ni está dispuesta a acompañarlo. Pero cambia de opinión al aparecérsele el Vidente, quien le aconseja estar atenta a todas las señales y le recuerda que “los gritos aún no han cesado”, metáfora que se refiere a la masacre de Upsala y que me recuerda vagamente a Hannibal Lecter con aquello del “silencio de los corderos”. Invadida por culpas, la joven decide acompañar a Harald.
Por el camino, se encuentran grupos de refugiados vikingos que, huyendo de las persecuciones cristianas, parten, según dicen, hacia una nueva Upsala allende el mar. Reconocen a Freydis identificándola como guardiana de la fe (¿habría televisión?), pero de momento ella rehuye cualquier honor del que no se considere digna: los muertos de Upsala todavía pesan.
La Red del Destino
Forkbeard (Søren Pilmark) visita en los calabozos a Olaf (Jóhannes Haukur Jóhanesson) y, aunque dice odiar a los traidores, le ofrece un trato. Él partirá a la guerra para unir fuerzas con Canuto, dejando en su lugar a su nieto Svein y como regente a su nuera Aelfgifu (Pollyanna McIntosh): en su ausencia, pide a Olaf que actúe como protector del muchacho mientras él, como garantía y salvoconducto, se lleva a su hijo Magnus.
Ya liberado, Olaf sale a vocear que Leif y Freydis están en las cercanías armando un ejército para atacar Kattegat, por lo que pone precio a sus cabezas.
No pasa mucho sin que alguien le traiga información, pero de modo colateral se entera también Leif, quien parte rápidamente a poner a la pareja sobre aviso. Llega a tiempo para sorprender y eliminar a un grupo de cazarrecompensas, pero detrás vienen las fuerzas de Olaf.
Se vuelve a encontrar con Jorundr y, furioso, está por matarlo, pero este se apresura a aclararle que está de su lado y, como prueba, lleva tatuada la red de Skuld , símbolo del destino que también tiene Freydis..
Al llegar Olaf, los refugiados, junto a Freydis, Harald y Leif, quedan en la playa a merced de sus fuerzas y sin escape. Inesperadamente llega apoyo desde el mar y una vez más es Jorundr, quien resulta ser un jomvikingo y, como tal, vive de la piratería.
Disparando bolas de fuego, crea un cerco entre acechadores y acechados dando tiempo a estos últimos para abordar los botes y escapar mientras Olaf, tras las llamas, ve la escena con impotentes ojos de furia.
En el Rus
En alta mar, el grupo se divide. Sabiendo de su importancia para la moral de los refugiados, Freydis acepta su rol de guía y protectora, así que sigue camino con ellos hacia Jomsborg, lugar al que llaman nueva Upsala. Pero Harald sigue obsesionado con recuperar lo que considera suyo, por lo que prefiere ir al este y llegar hasta Nóvgorod para pedir ayuda contra Canuto a su tío Yaroslav (Marcin Dorocinsky), quien gobierna el Rus.
Pero al llegar, nada es fácil. Los pechenegos le han cerrado a Yaroslav las rutas comerciales del sur, dejándolo sin acceso al Mar Negro. Con la economía así sofocada, no tiene más remedio que llevarse bien con Inglaterra y con Canuto.
Decepcionado, Harald busca alternativas y ve la posibilidad de ganar dinero en las apuestas para así comprar pieles y llevarlas a vender a Constantinopla, aunque no aclara cómo piensa llegar.
Debe vencer a dos esclavos en combate y también aquí la cosa se complica: intervienen más luchadores de la cuenta, pero con la ayuda de Leif, capea la situación. Todo en vano: el corredor de apuestas escapa con el dinero, pero lo ocurrido impresiona a Lord Vitomir, hombre de confianza de Yaroslav que ve en Harald al sujeto ideal para ayudarle a llevar “algo” al soberano de Constantinopla.
Cometas, Fantasmas y Opio
Leif, en tanto, ve rondar el fantasma de Liv (Lujza Richter) que, sin embargo, nunca le dice palabra. Queda claro que está perseguido por la culpa de no haberle prometido que se verían en el Valhalla.
Por otra parte, hace buenas migas con Mariam (Hayat Kamille), muchacha que le subyuga con sus conocimientos científicos y anda a la búsqueda de rocas caídas del cielo. Le cuenta, justamente, su teoría de que los cometas están compuestos por roca y vapor. Casi mil años antes de que se supiera: ¡wow!…
Leif ha notado que los locales fuman opio, sustancia para él desconocida por la que se siente atraído en la creencia de que podría permitirle hablar con Liv. De hecho y tras fumarlo, la sigue hasta un tejado y está a punto de caer mientras ella le invita a acompañarla al Valhalla.
No lo hace: sus dudas religiosas, sumadas al haber conocido a Mariam, le dan ahora un ancla para seguir unido al reino de los mortales. Eso sí: alguien debería decirle que el opio no es alucinógeno…
Al volver en sí, es atendido por Mariam, quien le muestra un pararrayos y le dice que la próxima vez utilice uno de esos (?). Sigues alucinando, Leif… faltan ochocientos años para que se invente eso que estás viendo…
Ella adolece de una enfermedad y, al parecer, no le queda mucho. Dice ser originaria de Alepo y haber estudiado en Alejandría y Constantinopla, adonde le gustaría regresar: queda claro que les acompañará en el viaje. De hecho, dispone de un astrolabio que les puede ayudar a saber todo el tiempo su ubicación. Y esta vez no hay anacronismo: para el siglo X hacía ya rato que ese instrumento existía…
En Londres
Emma (Laura Berlin) recibe noticias de que Canuto ha ganado dos batallas en Dinamarca, pero Godwin (David Oakes) teme por su seguridad en Londres. Los temores quedan confirmados cuando intentan envenenarla con una hostia y él logra evitarlo, además de atrapar al envenenador y encerrarlo.
El sujeto termina colgado y Emma reconoce en una joven que le mira con ojos angustiados a su doncella Aelfwynn (Maria Guiver), e incluso la ve después con indicios de haber estado llorando. Mostrando su lado más sádico y siniestro, le deja en su habitación la cabeza del ajusticiado y le obliga a confesar su relación con él.
Llorosa, Aelfwynn acaba admitiendo que era su medio hermano, pero niega cualquier vinculación con el intento de asesinato y, según dice, ni siquiera sabía que él estuviera en Londres. Suplica a Emma que no diga palabra a Godwin, pues le ha pedido matrimonio y podría anular todo…
La reina muestra sorpresa y le llama la atención no haberles nunca visto juntos. Está claro que se queda conjeturando que Godwin ocultó la relación porque había un complot para asesinarla…
Entrando en paranoia, desconfía de todo y transmite a Godwin las sospechas en su contra. Él replica preguntándole por qué entonces la salvó en la ceremonia religiosa y ella admite no tener respuesta, pero no abandona sus sospechas…
Por el contrario, decide someter a Aelfwynn a interrogatorio y aunque podemos prever que no será uno común, no imaginamos aún el grado de crueldad ni tampoco Godwin, que simplemente aconseja a su amada mantenerse firme y decir la verdad.
La reina quiere escuchar lo que quiere y mientras no lo oye, hace someter a la joven a terribles torturas como atenazarle los dedos o martillarle un pie. Aun así, esta nada dice y solo cuando está agonizante, alcanza a balbucear que Godwin soñaba con que su hijo fuera rey: es lo último que dice, por cierto…
Emma queda turbada, pero se mantiene firme y con absoluta frialdad pone a Godwin al tanto de que la joven ha muerto. Desconsolado, él pregunta si al menos consiguió lo que buscaba y la respuesta es negativa. En tono de sentencia y con los ojos en lágrimas, dice que Dios podrá perdonarla, pero él no…
Hay Equipo
Harald necesita gente para el viaje y los recluta de donde sea: en los bosques, sorprende al corredor de apuestas junto a su esclavo luchador y los lleva consigo bajo amenaza de entregarlos en Novgorod. También necesita un guía para el Dniéper y le recomiendan un pechenego llamado Kurya (Tolga Safer), el cual se halla en prisión y fue cegado por su propia gente, inmejorable garantía de que no les va a traicionar: además dice no necesitar ojos porque tiene cada recodo del río en su cabeza.
La tripulación incluye por supuesto también a Lord Vitomir (Steve Brand) y a Mariam, a quien obviamente Leif ha sumado. Consiguen contratar a Gestr (Egil Hedegaard), un capitán esclavista de quien planean usar su barco como trineo para así aprovechar el deshielo y evitar a los pechenegos. Lo que no saben es que lleva cuatro muchachas adolescentes para ser vendidas…
Choques de Liderazgo
En Jomsborg, Freydis es recibida como heroína y ahora luce cómoda en tal rol. Gobierna un tal Harekr (Bradley James), tío de Jorundr y a la vez padre adoptivo al haberse casado con la viuda de su padre.
Como en The Walking Dead, la comunidad aparentemente hospitalaria comienza a desnudar miserias. Freydis descubre que, contrariamente a lo que ocurría en Upsala, no todos pueden ingresar al santuario y el culto pareciera dominio de unos pocos.
Además se pone a entrenar en combate a una muchacha adolescente llamada Hrefna (Dawn Bradfield), lo que le genera miradas de recelo. Jorundr le recrimina que ella no puede ser guerrera por no tener sangre de Skuld, pero Freydis hace caso omiso y sigue entrenándola…
La súbita desaparición de la jovencita genera aún más tensión, pero Freydis la encuentra en el cementerio, adonde ha ido por una pieza de skuld para mostrar que su destino sí incluye el ser guerrera. De regreso, las ataca un feroz jabalí al que Freydis da muerte. No se sabe todavía hacia dónde conduce este arco, pero pareciera caber a Hrefna un papel importante en el futuro desarrollo de la historia.
La Ola
Con el barco tirado por caballos, el grupo de Harald inicia su viaje por el Dnieper mientras Leif está cada vez más amigo de Mariam y hasta parece de repente interesado por la ciencia.
Pero hay preocupación: el hielo tiembla cada tanto y Kurya advierte que puede deberse a la rotura de la represa helada en el lejano norte. De ser así, una gran ola podría alcanzarles de un momento a otro y lo más recomendable sería salir del río. Harald no está de acuerdo: a tan poco de llegar, prefiere arriesgarse…
Los problemas no se detienen: una de las muchachas cautivas muere y su hermana llora desconsolada mientras Gestr se lamenta por su pérdida económica. El trineo se atasca en el hielo y a duras penas logran sacarlo, pero esa pérdida de tiempo hace que finalmente les alcance la gran y temida ola…
Mientras los helados bloques se desprenden y el agua ocupa el lugar del hielo, logran con gran esfuerzo liberar el barco a tiempo para echarlo a flotar, pero en el proceso han perdido a Lord Vitomir…
Largas Despedidas
En Kattegat, llegan a oídos de Olaf noticias de que Leif y Harald están en el Rus, pero no hay información sobre Freydis. Decide salir a buscarlos llevando a Svein para formarlo en la guerra: se me ocurre que esto podría generarle un problema si el muchacho resultara herido o incluso muerto, pues Forkbeard tiene a Magnus…
Antes de partir, de todos modos, Olaf tiene intimidad con Aelfgifu, lo cual motiva que Svein se muestre desconfiado y señale que las despedidas de su padre no eran tan largas…
Una Nueva Matanza
En Jomsborg y ya largamente encinta, Freydis se está dedicando a organizar el culto juntando a locales y refugiados. Harekr ha salido con su flota a alta mar, pero solo ha regresado parte de la misma y no hay noticias de su barco.
Para pedir a los dioses el pronto retorno, Freydis decide hacer una oración conjunta en el santuario de los bosques y ofrecer en sacrificio una cabra: se me paró el corazón al pensar que quizás tuviera en mente sacrificar a Hrefna.
Al regresar Harekr y anoticiarse de ello, estalla en furia por saber juntos a locales y refugiados; de nada sirve que su esposa intente apaciguarlo y convencerlo de que Freydis ha obrado con buena intención.
Una vez en el lugar, Harekr recrimina duramente a Jorundr por haber permitido tal cosa y le recuerda que la idea de llevar refugiados era hacerlos trabajar, no sumarlos como iguales. De manera feroz y despiadada, ordena una matanza en el santuario y hace detener a Freydis…
Balance de Mitad de Temporada
Vikingos: Valhalla ha regresado con una segunda temporada que, como la primera, no da respiro. Quizás la historia esté menos basada en la acción que en la intriga política y los conflictos personales (lo que en algún punto la acerca a Vikingos), pero ello no redunda en pérdida de ritmo y, tras dos episodios más pausados con respecto a los que veníamos viendo, han seguido dos a puro vértigo sin que ello signifique acción desenfrenada.
No ha habido, por lo menos en esta primera mitad, grandes batallas; a lo sumo, nos hemos enterado de algunas en off y nuestros protagonistas ni siquiera han tomado contacto con los pechenegos, un escenario que pinta conflictivo. El río y la ola, por cierto, han sido peores que cualquier ejército y confirmaron que no hay mayor terror que el que procede de la naturaleza.
El hecho de que la serie se haya, en algún punto, acercado más a Vikingos, no implica que sea igual. Uno de los rasgos distintivos que ya le habíamos destacado en la primera temporada es la frontera algo más imprecisa entre lo realista y lo fantástico; y eso persiste, aunque ahora circunscripto a Freydis y Leif.
Ambos están perseguidos por sus propios fantasmas, más allá de que él los vea como tales y ella bajo el aspecto del Vidente. No hay nada que asegure de no esté todo en su imaginación o estén siendo presa de delirio místico. Y no creo que los autores tengan intención de aclararlo, pues esa dualidad y misterio dan personalidad a la serie…
Lo que sí es seguro es que las visiones y fantasmas tienen que ver con traumas y culpas: Leif sabe que no ha podido prometer a Liv que la acompañaría al Valhalla porque ya no cree en sus antiguos dioses (conflicto que lo acerca algo a Ragnar). Freydis metaforiza en el Vidente sus culpas por lo de Upsala y, encima, deberá cargar otra masacre más en sus espaldas…
Es que aunque no haya sido su culpa, sus decisiones acabaron en la muerte de quienes le depositaron una confianza ciega. Intriga sobremanera cómo logrará ahora zafarse de los jorvikingos y cómo lidiará con tanto trauma…
Harekr es buena incorporación: Bradley James es habitualmente solvente y le hemos visto en Merlín, Damien y The Liberator, entre otras. Ojalá no lo conviertan en un villano demasiado lineal: me hizo chirriar un poco su repentina transformación de carácter sin aviso ni anestesia.
La serie sigue sin dar concesiones: cualquiera puede morir y de la peor forma, estando siempre presentes los detalles gore. La escena de la tortura contra Aelfwynn fue difícil de mirar y, al menos yo, no pensé que acabaría en muerte. Queda claro que Emma es tan monstruo o más que otros y si bien nunca nos cayó demasiado en gracia, ya no tiene redención posible ni para Godwin ni para nosotros. ¿Hasta dónde irá a llegar?
La muerte de la joven esclava durante el viaje por el río ha sido otro momento traumático de ver y, en ese sentido, temo por las vidas de Svein y Magnus después de ese intercambio casi mafioso (aquí el anacronismo es mío) que han hecho sus padres.
Han aparecido, sí, más anacronismos que en la temporada anterior. Mariam parece casi una viajera del tiempo al hablarle a Leif sobre pararrayos y composición de cometas. Y no suena creíble que, siendo mujer, haya podido estudiar e investigar en una Alejandría bajo control del Islam. Eso pareciera encajar algunos siglos antes, en tiempos de Hipatia que, de todas formas, no terminó bien…
También suena anacrónico que Freydis, revisando una herida de Harald, dictamine que “se detuvo la infección”. En el supuesto caso de que ese término o alguno similar fuese parte de la jerga del siglo X (y es posible que así fuera), no le daban ese sentido y faltaban siglos para que se descubriera la acción de agentes patógenos, ya sea virales o bacterianos.
También hemos hecho referencia al opio y su carencia de propiedades alucinógenas, pero a la serie le sirve como comodín esa frontera imprecisa de que antes hemos hablado. No sabemos si Leif tiene contacto con fantasmas o imagina tenerlo, así que tampoco podemos saber si el haber hablado con Liv es resultado del opio o de su propia locura, que ya venía de antes de fumarlo.
En definitiva y salvo cuestiones menores, la segunda temporada de Vikingos: Valhalla marcha igual de bien que la primera y esperemos que sea también así en la aceptación popular, pues ya sabemos que son tiempos en que a Netflix no le tiembla el pulso con las cancelaciones y si bien es cierto que encargó tres temporadas y ya hemos visto dos (están pautadas seis), no lo es menos que la picota ha empezado también a caer sobre algunas series cuyas renovaciones se suponían aseguradas. Es como el VAR: nos quita hasta la seguridad de festejar un gol. O una renovación…
De momento, nos quedan cuatro episodios en esta segunda temporada y estaremos analizándolos aquí en breve. Les espero y sean felices…
Hola Rodolfo. Buen analisis, en el que ademas aportas ciertos datos que yo mismo desconocia.
Una temporada decepcionante, por muchos motivos. Principalmente por todas las licencias absurdas y anacronismos que se suceden uno detras del otro. Lo de Miriam es lo de menos….
Como nos presentan Novgorod….madre mia, vale que el comercio y tal….pero pareciera que hay mas personas de otras etnias y culturas ahi metidas, que los propios Rus o eslavos de la region. Entiendo que Netflix tiene una linea ideologica con la que hay que cumplir, pero joder….un poco de moderacion en este aspecto. En Jormsborg tres cuartos de lo mismo….Por cierto, pesima caractezacion de los Jormsvikingos. De hecho, al igual que en la primera temp. toda la trama de Freydis es la peor….
Pesima tambien, la caractizacion de los pechenegos.xD
Menos mal que nos queda la parte de Inglaterra (aunque vayan a cuentagotas) y a Harald.
Teniendo en cuenta como y donde acaba la temporada….no se yo si se van quedar cortos con la tercera con toda la tela que les queda aun por cortar. Se que el Showrunner hablo sobre la posibilidad de otras tres temps para poder contar todo lo que vendria a ser el ocaso de la era vikinga….Pero hoy por hoy no lo veo, porque tal y como esta Netflix de desatada con las cancelaciones….uf. Fijate, por cierto, que todavia no han renovado Barbaros por una tercera temp. y ya vamos cerca de tres meses desde su estreno. Yo la doy por muerta.
En fin. Valhalla comete en esta temporada los errores que solia cometer su antecesora. Y que a mi me hicieron abandonar con el tiempo la serie. Una cosa es tomarse licencias, pero es que la franquicia Vikings, o te la tomas como fantasia con ligera coartada historica, o resulta casi imposible de digerir.
Menos mal que siempre nos quedara The Last Kingdom. Un saludo y espero con ganas tu opinion acerca de la segunda mitad de temporada.
Hola Solidus: gracias por comentar. Seguramente, como yo, ya tienes vista la temporada completa y eso permite una visión más integral. A mí particularmente me gustaron mucho estos primeros cuatro episodios a pesar de los defectos que marcas y los que yo mismo he marcado, pero no me dejan la misma sensación los que siguen. Sobre todo los dos últimos, pero no quiero adelantar demasiado porque ya llegará el artículo correspondiente.
Con respecto a lo de la multiplicidad racial, es como que me van ganando por cansancio y a veces hasta me da pereza mencionarlo porque suele ocurrir que es tomado del modo que no es y con el sentido que no tiene. Pero bueno, más allá de todo, a mí me gusta la serie en líneas generales. Un saludo y gracias por el valioso aporte!
Te entiendo perfectamente. Pero el que quiera malinterpretar las cosas, que lo haga. No estoy en contra de la diversidad, siempre y cuando esta se presente de forma coherente y acorde a la epoca. Lo que sucede aqui es que ciertos sectores ideologicos estan emperrados en venderte una realidad que no fue,pero que es la que les hubiese gustado que fuera. Y esto me parece un juego muy peligroso a largo plazo.
Mucha gente no le esta dando la oportunidad a Valhalla por este tipo de cosas (mas el sabor de boca tan malo que dejo la serie madre) y la repercusion de la serie esta siendo practicamente nula. Por eso digo, que le deseo buena suerte al sus responsables con ese plan de seis temporadas, porque siendo Netflix…..no creo que pasen de la tercera.
Otro saludo.