¡Bang bang bang vaqueras y vaqueros! Aquí llega una nueva entrega de esta sección pensada para darle al western el protagonismo que merece. En anteriores ocasiones, he explorado las distintas ramificaciones del western en el cine, y de cara al futuro valoraré la aportación de Tarantino al género. Pues bien, agarrad bien las riendas del caballo que se avecina estampida, porque hoy toca hablar de uno de los grandes de este tipo de cine… ¡Clint Eastwood!
Efectivamente, el hombre sin nombre, el fuera de la ley, el jinete pálido, el asesino reconvertido en granjero, el manco, el ahorcado que sobrevivió … es imposible quedarse con tan sólo uno de los papeles que Clint ha interpretado en el western. Desde mi punto de vista, tenemos a Eastwood en las pelis propiamente del género, pero es que, a su manera, la impronta de pistolero impasible y al que nadie le tose es una constante en su filmografía (un ejemplo de vaquero moderno es Harry “el sucio” Callahan), por lo que no siempre se ha alejado del rol del vaquero, ya fuera en el salvaje oeste o en nuestros tiempos. Hay que comenzar destacando que si bien este actor ya hacía sus pinitos cinematográficos en su país, la fama absoluta no le llegó hasta rodar en Italia, junto al maestro Sergio Leone, la llamada “Trilogía del Dólar” de lo que se denomina “spaghetti western”.
Porque en cuanto a cine se trata, Eastwood no solo comenzó a actuar como el pistolero sucio y malhablado que apenas se veía en Hollywood (donde los vaqueros iban siempre sospechosamente aseados para vivir rodeados de polvo, y hablaban demasiado bien), sino que además la experiencia con Leone se apreciaría años después en las películas del oeste en las que Eastwood no solo interpretaba sino donde además estaba tras las cámaras como director. A su manera, en “Érase una vez… en Hollywood” (cuya crítica en nuestra web podéis leer aquí), nos encontramos con lo que yo interpreto como un guiño de Tarantino a esta experiencia de Eastwood en el cine italiano, pues el personaje que interpreta Leonardo DiCaprio en dicha película es un actor que viene de rodar una serie del oeste y cuya fama ha ido bajando, hasta necesitar aprovechar una oportunidad rodando en Italia algunos spaghetti western.
Volviendo con Clint, ha hecho personajes memorables en la mayoría de sus apariciones en el western. Exceptuando un par de filmes, donde era más un vaquero bonachón que un tipo duro, se especializó en personajes violentos, chulescos y a veces con un turbio o doloroso pasado. Las frases lapidarias, como todo western que se precie, también formaban parte de su repertorio. Es cierto que ver una película de Eastwood carecía del factor sorpresa porque todo el mundo sabía que las balas silbarían por todos lados y la muerte estaría a la vuelta de cada esquina, pero nunca se vería a Clint en un ataúd de madera, por mucho que en una de las películas de Leone un sepulturero le tomase medidas al llegar Clint a la ciudad.
Así que estamos ante un vaquero al que nadie va a matar, que por el contrario no dejará vivo ni al apuntador, y que será un auténtico tormento para todos los malos en liza. Hay que valorar la calidad de las películas de Eastwood como director en diversos aspectos, como el estético al mostrarnos bonitos paisajes, el ritmo narrativo de cocción lenta en algunos casos, donde todo el clímax de la historia no es sino el resultado de que estalle la presión que se ha ido insuflando hasta entonces, y la nobleza de los personajes buenos, pues se mueven por ideales como la amistad, la lealtad, o el bien común. Hemos podido disfrutar del western crepuscular en “Sin perdón”, del tormento que se desencadena cuando se provoca al Jinete Pálido o bien se produce un “Infierno de cobardes”, y por extensión de la estela de sangre que deja un hombre hambriento de venganza como Josey Whales. Eso sin olvidar al cazador de tesoros en “El bueno, el feo y el malo”, al cazarrecompensas de “La muerte tenía un precio”, o al liante en “Por un puñado de dólares”.
En otra ocasión también le dedicaré un artículo al genial Sergio Leone, que dio a luz pocos pero muy buenos westerns al género. Por hoy es todo gente, tomad asiento en algún saloon, pedid un trago y disfrutad del ambiente de la época. Cualquier cosa que queráis comentar, no dudéis en escribir que os responderé encantado. ¡Hasta otra!
Hola, José:
Como amante del western, sólo puedo agradecer por este tipo de artículos. Soy fan absoluto de la trilogía del dólar. Y, a propósito, tengo aquí para que leas algo que, con respecto al western, decía el escritor argentino Jorge Luis Borges:
“Cuando yo frecuentaba el cinematógrafo, cuando mis ojos podían ver, a mí me gustaban mucho dos tipos de películas: los westerns y las películas de gángsters…Yo pensaba: qué raro, los escritores han olvidado que uno de sus deberes es la épica y aquí está Hollywood que, comercialmente, ha mantenido la épica en una época en la que está olvidada por los escritores o casi olvidada. Y Hollywood ha salvado ese género: ese género que la humanidad necesita, además. Usted ve que las películas de cowboys son populares en todo el mundo. ¿Por qué? Bueno, porque está lo épico en ellas: está el coraje, está el jinete, está la llanura también. Todo eso los acerca a nosotros”.
Aguardo con ansias tus próximas entradas acerca del género, José… y las otras también desde luego.
Un saludo y hasta pronto!
Hola Rodolfo. Nada hombre, este género me encanta y me gusta que tenga la visibilidad que merece. Fíjate si me gusta que mi primer cómic escrito y publicado por editorial era un western jeje. Las pelis de Leone fueron pocas por su prematura muerte pero muy buenas. Desde luego, las pelis y series del género que logran reunir lo épico, lo crepuscular, y esos lazos que se crean entre los personajes le confieren un toque irresistible a cualquier historia. Parte del encanto será porque aquí los malos rara vez ganan y siempre acaban en manos del enterrador, generando esa satisfacción que nos producen muchas injusticias en la vida real y al menos en la ficción tienen otro final jeje. Si pones en el buscador de la web “en clave de western” te saldrán todas las anteriores entradas que he hecho o hizo algún compañero, espero que te gusten. ¡Otro saludo vaquero!
Muchas gracias por la respuesta, José. Prometo revisar todas las entradas que estén identificadas de ese modo, así como leer las que de aquí en más vengan.
A propósito, y sabiendo de tu pasión por el género: no puedo encontrar una sola persona que haya visto una película titulada “Vientos de Otoño” del año 1976. La vi allá por los ochenta en la trasnoche de un canal de televisión de aire con ese título (la traducción es prácticamente literal: The Winds of Autumn) y para mí es una gema escondida dentro del western ya que no la he visto jamás mencionada en ninguna lista ni pude nunca hablar con nadie que la hubiese visto. En lo personal, está en mi top 10 del western.
La historia tenía que ver con una familia de colonos que, si mal no recuerdo, eran mormones o testigos de Jehová o algo así, los cuales son atacados por una banda que los roba y asesina, además de violar a las mujeres de la familia, quedando como único sobreviviente un niño de once años que, desde ese momento, va a ver interrumpida su formación religiosa para reemplazarla por la vocación de venganza y la fascinación por las armas de fuego. Una especie de John Wick pero cuarenta años antes, en versión infantil y en el oeste. No sé, quizás la hayas visto; si no fue así y alguna vez te topas con ella, te la recomiendo. Para mí, repito, es una gema perdida.
Un saludo y hasta pronto!!
Hola de nuevo, no hay de qué. Pues no, no me suena la verdad, también es cierto que de las décadas de los 60 y los 70 apenas he visto más que los clásicos, he de darle más caña en ese sentido. Hace ya un tiempo hice este top de mis westerns favoritos de la época de 1990 a 2018, te dejo el enlace por si te interesa: https://www.lascosasquenoshacenfelices.com/el-western-un-genero-que-nunca-muere-top-peliculas-1990-a-2018-parte-1-de-2/
Sí tengo oportunidad de verla lo haré desde luego, suena interesante y al final la venganza es uno de los motores del salvaje oeste jeje. ¡Otro saludo!