Si te gustan los dramas crueles, con una fuerte carga crítica, te cuento que Netflix estrenó el 24 de abril la miniserie sueca En tus manos. Una miniserie de tan solo cinco episodios que se ha colado en el top de lo más visto nada más estrenarse. Y es que su trama nos trae un tema espinoso que nos habla de cómo se manipula a los niños en los barrios más desfavorecidos de las grandes ciudades.
No esperes una de esas historias con final feliz, ni tampoco una de esas donde la justicia aparece para resolverlo todo de forma casi mágica. En tus manos es una dura crítica que cuestiona una sociedad donde unos niños se ven obligados a introducirse en bandas de delincuentes cuando deberían estar jugando.
Una forma de madurar demasiado severa que los romperá y los marcará para siempre. Nadie puede escapar una vez que ha visto lo que son esas redes mafiosas; ni de las más pequeñas puedes salir impune. Apenas empezando su adolescencia tendrán que luchar por sobrevivir a los problemas que otros les han buscado con engaños.
En tus manos: cruel y despiadada.
En tus manos empieza directa. En sus primeros minutos nos muestra el detonante que da vida a toda la historia. Unas escenas intensas donde vemos como un joven huye de un lugar aislado del que la policía ha tomado posesión con sus coches llenos de luces y sus sirenas.
Allí, en aquel lugar, yace herido el cuerpo de un joven. Le han disparado y todo parece indicar que el culpable ha sido su mejor amigo, el mismo chico que hemos visto huir de forma abrupta del lugar de los hechos.
Hasta allí se persona Farid (Ardalan Esmaili), un policía que conoce muy bien a ambos jóvenes, y en especial al que se encuentra herido: Bilal Ally (Yasir Hassan), al que todos conocen como Billy. Un niño que hacía trabajos pequeños para una banda de poca monta que se dedica a trapicheos pequeños.
Douglas (Olle Strand) más conocido como Dogge es arrestado poco después de que una ambulancia se lleve a Billy al hospital. El joven está conmocionado y confuso, ha tomado drogas y se encuentra en un estado de indolencia que hace difícil la comunicación con él. Todo cambia cuando le llega la noticia de que Billy, su mejor amigo al que acaba de disparar, ha muerto.
¿Qué lleva a un niño a matar? ¿Supervivencia, miedo…? Todo se vuelve más turbio cuando pensamos que la persona a la que tiene que disparar es alguien a quien conoce, alguien a quien quiere. ¿Qué hace que un joven mate a su mejor amigo? Estas preguntas asaltarán al espectador en los primeros minutos de una serie que sin duda atrapa por su intensidad y también por hablar sin tapujos de un problema que es muy difícil de atajar.
En tus manos y su crítica a una sociedad que no protege a sus niños.
El título de uno de sus episodios es ‘No puedes protegerme’, algo que llama mucho la atención justamente porque el cometido de los adultos debe ser el de proteger a aquellos que no pueden hacerlo por si mismo: los niños y los ancianos. En tus manos nos deja muy claro que eso es algo que ahora mismo parece una utopía.
Nelson Mandela decía que “El verdadero carácter de una sociedad se revela en el trato que da a su niñez”, y después de ver las noticias cada vez más tristes que tienen como protagonistas a menores, podemos decir sin miedo a equivocarnos que esta sociedad en la que nos ha tocado vivir es cuanto menos deplorable.
En tus manos nos muestra lo fácil que resulta manipular a los más pequeños, lo maleables que son y lo fieles que pueden llegar a ser cuando se les amenaza. Y hablo de niños en general, ya que los dos protagonistas de la miniserie pertenecen a diferentes niveles económicos. Billy vive con su madre y sus tres hermanos en un pequeño piso en los suburbios, pero Dogge vive en una casa con lujos y sin problemas de dinero.
Lo que en un principio parecía un juego, eso de hacer pequeños trabajos de vigilancia con los que ganarse fácilmente algo de dinero, se va a ir convirtiendo en algo con más responsabilidad; y eso significa más peligro. Por suerte, ambos se tienen uno a otro. Su amistad está ahí para hacer más fácil este duro camino que han iniciado ambos sin tan siquiera querer.
Como era de esperar, todo se complica y toma un giro que ninguno de ellos hubiera deseado. El miedo aparece y actúa en los dos jóvenes de forma muy diferente, haciéndoles proceder de modos casi opuestos. En esos momentos, ni la más firme de las amistades puede intervenir para detener lo inevitable.
En tus manos es una buena opción si te gustan los dramas desencarnados, que muestran la realidad menos amable de la vida, sin tapujos ni eufemismos. Una cruel crítica que no deja a esta sociedad en muy buen lugar.
Qué dice Netflix de En tus manos.
Resumen
En tus manos es tanto un emotivo retrato del poder de las amistades de la infancia como una historia demoledora sobre lo que ocurre cuando la sociedad no protege a quienes más lo necesitan.
Sinopsis
La nieve cae lentamente en un patio desolado. Un niño de catorce años yace bocabajo delante de unos columpios mientras la vida se le escapa por una herida enorme en el cráneo. Tras él se yergue su mejor amigo, que sujeta una pistola humeante con mano temblorosa.
Cuando los niños cometen crímenes atroces, ¿de quién es la responsabilidad? ¿Qué consecuencias comporta para nosotros ver a los niños como monstruos? En el núcleo de esta historia desgarradora se encuentran los niños perdidos: aquellos a los que no conseguimos ayudar antes de que caigan en el olvido, por negligencia, pobreza o alienación.
Las madres solteras, el tendero de la plaza, el policía del barrio… Todos se ven salpicados de una u otra manera en una sociedad en la que la violencia no deja de aumentar, cebándose con las comunidades más periféricas y desfavorecidas.
