Cuando uno piensa en Batman, no solo evoca el entorno donde suceden sus aventuras ni las tramas detectivescas inspiradas por el género noir, sino que también se suele prestar mucha atención a uno de los elementos más distintivos de sus cómics: los villanos. El Caballero Oscuro cuenta con una de las galerías de oponentes más ricas e imitadas del Noveno Arte, reminiscente de las tiras cómicas de Dick Tracy y de las películas de terror clásicas. El Murciélago se las ha tenido que ver con el horrendo Clayface, con el inteligente Enigma, con el trágico Mister Frío… pero su mayor enemigo es, sin duda, el Joker. Tan popular es este payaso maligno que no necesita presentación, ya que protagonizará su propia película, dirigida por Todd Phillips y protagonizada por el polifacético Joaquin Phoenix. Sin embargo, ya ha salido de las viñetas en muchas otras ocasiones, dejando su marca en la cinematografía a través de las décadas.
De hecho, la inspiración para su aspecto inicial fue Gwynplaine, el villano de la película El hombre que ríe (1928), interpretado por Conrad Veidt. Este filme basado en una novela de Víctor Hugo sirvió a Bob Kane, Bill Finger y Jerry Robinson para dar vida a la némesis de Batman en el cómic Batman#1 de 1940, y fue una de tantas influencias góticas que convirtieron al cruzado enmascarado en lo que es hoy en día. ¿Hará justicia la inminente película al legado de este personaje? Eso está por saber, pero Phoenix se las tendrá que ver con unas expectativas alimentadas por unos competidores inolvidables… y, para la reputación de un actor, esto no es ninguna broma. Que se lo digan a Jared Leto.
César Romero (1966)
A pesar de que Bruce Wayne llevaba apareciendo en seriales desde los años 40, su archienemigo no hizo acto de presencia hasta la llegada del Batman de Adam West, que supuso una nueva etapa de éxito multimedia para el Murciélago. Al tono ligero y casi paródico de este inclasificable producto audiovisual se le sumó un Guasón que no se parecía demasiado al psicópata presentado por Kane y compañía, sino que suavizó bastante al personaje, como los propios cómics hicieron a partir de los años cincuenta. Esta versión del Joker es un excéntrico ladrón más que un sanguinario asesino, por lo que muchos opinan que no ha envejecido muy bien.
El actor que le dio vida fue César Romero, conocido por sus papeles en telenovelas, y que se negó a afeitarse el bigote para interpretarlo, por lo que se le tuvo que aplicar una capa de maquillaje extra para cubrirle el mostacho. Sin embargo, a pesar de su aspecto algo desfasado, Romero le aportó al payaso su risa característica, que todos los intérpretes que vinieron después han tratado de imitar con mayor o menor fortuna.
Jack Nicholson (1989)
Cuando a Tim Burton se le encomendó la tarea de dirigir el reboot de Batman, tanto él como los guionistas eran perfectamente conscientes de que tenían que quitarse de encima el sambenito de producto infantil y cómico que había acompañado a la serie de Adam West. Por ello, se decidió aportar al filme una atmósfera más gótica y oscura, similar a la de los tebeos originales y a la que autores como Steve Englehart o Frank Miller habían recuperado durante las últimas décadas. El resultado fue una película barroca y estéticamente fascinante, donde esta nueva visión se aplicó a todo el conjunto… incluido a su villano, un Joker interpretado por el ganador del Óscar Jack Nicholson. Toda una declaración de intenciones.
Tras un casting que incluyó a profesionales como Brad Dourif o David Bowie, se decidió optar por este veterano actor, que impuso algunas condiciones que dificultaron el desarrollo de la cinta, como una cláusula en su contrato que especificaba que tendría el día libre cada vez que Los Lakers jugaran en Los Ángeles. A pesar de estas complicaciones, el resultado no podría haber sido mejor: su Joker, aunque no prescindía de su humor característico, volvía a ser ese psicópata que mataba sin remordimientos y que no contaba con ninguna cualidad positiva. Su identidad es la de Jack Napier, un gángster que acabó con una sonrisa perpetua en la cara tras caer en un depósito de residuos químicos durante una lucha con Batman. Su fidelidad a los cómics sigue poniéndose en duda hasta el día de hoy, sobre todo por un cambio relacionado con la historia de Bruce Wayne, pero Nicholson le dio su propio toque a un personaje inmortal y, sobre todo, muy divertido.
Mark Hamill (1992)
Esta lista sería interminable si consideráramos a todos los Jokers que han aparecido en series y películas de animación, pero no se puede dejar pasar la aportación de Mark Hamill en Batman: La serie animada, ya que seguramente se trata de la encarnación más influyente del personaje. De hecho, la serie de la que proviene está considerada por muchos como la versión definitiva de Batman, incluyendo los tebeos… y esto se debe, en gran parte, al buen hacer de sus creadores Paul Dini y Bruce Timm, que ofrecieron un producto que, en una época donde todos los dibujos animados trataban de imitar el éxito de Las Tortugas Ninja, suponía un entretenimiento sofisticado y de calidad para los más pequeños.
Al igual que sucedió con el Batman de Tim Burton, se consideró a Tim Curry para el papel, pero su interpretación acabó resultando demasiado aterradora para los productores. Finalmente, se optó por un intérprete que había alcanzado el estrellato con La guerra de las galaxias, pero que no estaba precisamente en su mejor momento: Mark Hamill, el mismísimo Luke Skywalker. El granjero de Tatooine consiguió salir del papel en el que estaba encasillado para encasillarse de nuevo, prestando su voz a numerosos villanos en series de animación hasta el día de hoy.
Su Joker bebe del gángster de los cómics originales, con un sombrero característico que le acompañaría en las primeras temporadas, pero también toma elementos del ladrón de bancos de los sesenta, y del psicópata de los tebeos de los ochenta. La interpretación de Hamill y los guiones que la respaldaron suponen un equilibrio perfecto entre el humor, potenciado por su nueva ayudante Harley Quinn, y el terror… adaptado, por supuesto, a la edad de los espectadores. Sus apariciones en películas como Batman: La máscara del fantasma le aportaron un toque más adulto, llegando a mostrar los efectos de su gas de la risa, y dando pesadillas a más de un tierno infante. Hamill ha seguido aportando su voz a este villano en videojuegos y películas de animación, y probablemente se trata de la versión más cercana a las viñetas.
Heath Ledger (2008)
Si el Batman de Burton era oscuro, Christopher Nolan decidió mantener esa oscuridad a la vez que se deshacía de aquellos elementos más fantásticos de sus predecesores, distanciándose de horrores cinematográficos como Batman y Robin. El realismo y la madurez de esta nueva interpretación del Murciélago se elevó a su máxima potencia con El Caballero Oscuro, que acabó granjeando al género de superhéroes su primer Óscar importante de la mano de Heath Ledger, que se hizo con el galardón de mejor actor secundario póstumamente.
Es imposible separar esta nueva visión del personaje con la tragedia del actor, cuya muerte prematura contribuiría a acrecentar su leyenda. El Joker que interpreta no solo es uno de los mayores villanos cinematográficos del siglo XXI, sino que resulta su encarnación más oscura y violenta. Inspirado en La Broma Asesina de Alan Moore y Brian Bolland, este villano parece haber surgido de la nada, sin un origen claro, para castigar a la ciudad de Gotham. Al igual que en el mencionado cómic, su objetivo es hacer ver a los habitantes de esta urbe lo tenue que es la integridad humana… y para ello llega a cometer actos horrendos que jamás habríamos pensado que veríamos en una película de superhéroes, y a corromper a algunos de los héroes de Ciudad Gótica.
Este antagonista trascendió más allá de las pantallas, convirtiéndose en un meme de Internet y en el Joker de la generación Z. Muchos no pueden imaginar a otro actor en este rol, acaparado por la leyenda de un Heath Ledger que se encerró durante un mes para prepararse para el papel, y que hizo que la elitista Academia viera al género de superhéroes con otros ojos.
Jared Leto (2016)
Desde el comienzo, el prestigioso Jared Leto se encontró con la intransigencia de unos fans que no podían concebir al Guasón sin Heath Ledger, ni siquiera de la mano de un actor tan solvente como este. La filtración de su aspecto en la película Escuadrón Suicida solo contribuyó a empeorar la situación: su look de pandillero no convenció a casi nadie y, aunque unos pocos le dieron un voto de confianza, la gran mayoría de los aficionados al cómic rechazó esta versión del personaje antes de que se estrenara la película. Esta vez, por desgracia, tenían razón.
El principal problema con este Joker es que no debería haber habido un Joker en la película: este filme de espías contaba con una gran cantidad de antihéroes y villanos que presentar, y la presencia del payaso no ayudó en nada a ofrecer un producto potable. Jared Leto hizo lo que pudo con el guión que se le dio, pero las constantes reescrituras de la película acabaron por relegarlo a la irrelevancia. Aparte de ello, no cuenta con una sola línea de diálogo memorable más allá de la que destacaron en el tráiler, lo que contribuyó a hacer más odiosas todavía las comparaciones con su predecesor. Comprometido con su papel de Morbius, el futuro de Leto como Joker es más que incierto, y muy pocos le echarán de menos.
Conclusión
Joaquin Phoenix, como buen payaso, tiene unos zapatos enormes que llenar. A estos Jokers, los más influyentes, se les suma una gran cantidad de versiones en series como El intrépido Batman o Gotham, en videojuegos como la saga de Telltale… y, por supuesto, en los propios cómics. La nueva interpretación parece abrazar la filosofía de Nolan, alejándose de los elementos más fantásticos del cómic. No es mala idea para una película autoconclusiva pero, a pesar del fracaso de Leto, el Joker es mucho más que Heath Ledger. Como todos los iconos de la cultura popular, evoluciona con el tiempo, adaptándose a los temores e intereses de cada época. Por ello, triunfe o fracase la nueva película, es seguro que la risa de este payaso seguirá acompañando a millones de lectores y espectadores durante unas cuantas generaciones más.
Cuando parecía imposible superarse, apareció Fénix y con una solo mirada demostró de lo que es capaz este actor. Excepcional. Punto pelota.
Me reservo mi opinión hasta ver la película, pero es cierto que Phoenix es un buen actor (quizás el que mejor carrera ha tenido de todos los que han interpretado al payaso, junto a Nicholson) y puede dar una sorpresa.
En mi caso, hasta próximo aviso, el mejor Joker sigue siendo Mark Hamill.